Changos / Dalai

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Changos

Acostumbrados a pisotear la dignidad de los ciudadanos hasta el punto de la humillación, algunos elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) se han encargado de ganarse el repudio de los bajacalifornianos.

Y aunque la intención no es generalizar, la mayoría de los pepos tratan a los ciudadanos con la punta del pie, sin contar con un rosario de majaderías impublicables.

Al margen de los incontables abusos revelados aquí, la mañana del lunes Cicuta testificó otro atropello en agravio de tres jóvenes que tripulaban un vehículo VW color azul. Los gorilas que viajaban en la unidad número 697, interceptaron a los jóvenes en ese vehículo justo frente a las Torres de Agua Caliente.

Los pepos descendieron para someter al conductor y a su acompañante, a quienes trataron de la manera más majadera. Después de mentarles la madre a placer los empujaron hacia el vehículo para esculcarles los bolsillos y revisar minuciosamente el automóvil.

Mientras los policías se reparten el trabajo, el gorila más preguntón y pelado revisaba nombres y detalles contenidos en el teléfono celular propiedad de los muchachos.

Casi simultáneamente, cuatro tipos de la PEP que tripulaban la patrulla número 573 se estacionaron a contra-flujo frente al estacionamiento de una conocida cafetería que opera en ese lugar. Un vehículo marca Hyundai, color claro llamó su atención y descendieron como desquiciados.

Un policía jovencito con delirio de Rambo ubicó al dueño del vehículo que se encontraba en la terraza de la cafetería. En cuestión de segundos lo rodearon y lo condujeron hasta el auto que fue revisado a conciencia.

Como en la mayoría de los casos, los pepos le arrebataron el teléfono celular para hurgar entre los nombres y los números telefónicos. Después de unos 20 minutos, la revisión concluyó y los insultos cesaron. No encontraron un caramba.

Aterrado por la experiencia, el muchacho relató que era la segunda vez que veía a ese oficial estatal, pues en otra ocasión lo interceptó en la zona de Otay donde lo despojó de su reloj y de los 7 mil pesos que había ganado durante el mes de junio.

Seguramente Marco Antonio Montoya, coordinador operativo de la Policía Estatal Preventiva, sirve de ejemplo para que los muchachitos a su cargo cometan todo tipo de tropelías en agravio de los ciudadanos de bien. Si bien los delincuentes no deben ser tratados como “hermanas de la caridad” también es cierto que atropellan sin pudor la dignidad de los ciudadanos.

Un empleado de la PEP que conoce el comportamiento del señor Montoya, asegura que este hombre les permite hacer “lo que les de su regalada gana”, siempre que estén dispuestos a mocharse con él. El señor Montoya se quedó frustrado al ser relevado de la Dirección de la PEP por Carlos Besne Irigoyen hombre de todas las confianzas del gobernador Francisco Vega de la Madrid.

No obstante el todavía secretario de Seguridad Pública Daniel de la Rosa Anaya, símil de garrapata portadora de Riketsia en esa dependencia, se obstina en mantenerlo como responsable operativo de la PEP, para tener maniatado a Carlos Besne.

Dalai

Muy generosa es la postura del secretario de Seguridad Pública de Tijuana Alejandro Lares Valladares, al referirse a los policías municipales que manejan automóviles chocolate, es decir, autos ilegales. El lunes dijo que “ayudarán” a los policías que conduzcan autos chuecos para que estén dentro de la ley.

Y aunque la paranoia del secretario manipule su capacidad de raciocinio — al suponer que Cicuta es herramienta de un poderoso enemigo obstinado en desprestigiarlo– la realidad es que el señor Lares debió cerrar la boca sobre ese tema. Si los policías representan la ley, el señor secretario no debe «apoyarlos» sino exigirles respetarla.

A Lares le vino guanga la denuncia que Cicuta planteó la semana pasada sobre el policía municipal Joaquín Cisneros Flores, quien decidió trastornarle la existencia a un ciudadano de bien. El policía Cisneros maniobró para que el ciudadano terminara en el Ministerio Público porque se negó a pagarle un inexistente daño a su vehículo.

Como el policía Cisneros conduce un auto chocolate, no acudió al MP a ratificar la querella o retirar los cargos. ¿Por qué el secretario Lares no comienza por ahí?

Ah por cierto al final de la calle Cueva del fraccionamiento Playas de Tijuana, un elemento de la policía municipal maniobra con descaro al ordeñar el tanque de la gasolina de la patrulla para ponérselo a su vehículo particular.

El columnista tiene una fotografía del vehículo Chevrolet blanco con placas de circulación 4ARE538 de California. Efectivamente, también es un auto chocolate. Dalai secretario.

Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta    Viernes, 01 de Agosto de 2014.


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