Cicuta
Por Jaime Flores Martínez
Lunes, 19 de Junio de 2017.
Cómplice
Los efectos de la soberbia impiden a Miguel Lemus Zendejas observar que está en riesgo su futuro político.
Actual director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) el señor Lemus cobija a un precio altísimo a un subalterno acusado de abuso y hostigamiento sexual.
La semana pasada Lemus advirtió que Aarón Díaz Robledo (el calenturiento titular del área jurídica de la CESPT) es «su amigo desde la escuela».
Dijo que los caprichos de una abogada equivocada (quien denunció a Díaz por acosarla) no dejará a su amigo desprotegido.
Ah, don Miguel aprovechó el momento para intentar denostar a Cicuta.
El señor Lemus debe bajarle a su soberbia y entender que los puestos públicos son efímeros.
Tal vez Lemus le presta su mano a su amigo Díaz. Tanto amor… puede ser.
Antifaz
Obsesionado en la acumulación de dinero de la forma que sea, el ex senador priista Héctor Yunes Landa ¡ni siquiera la disimula!
¡Total el PRI lo protege!
El jueves pasado el periódico Reforma reveló que Yunes, ex candidato del PRI al gobierno de Veracruz le pasó «la charola» a empresarios veracruzanos durante la contienda el año pasado.
El asunto es que Yunes actuó solo pues ni siquiera le informó al Comité Ejecutivo Nacional de su partido.
¿Dónde quedó ese dinero?
¡Que fijados!
El 29 de julio del 2013 Cicuta publicó que Héctor Yunes (entonces senador de la República) denunció el robo de la caja fuerte que tenía al interior del departamento que –por aquellos tiempos–ocupaba en el complejo New City de Tijuana.
El CEN del PRI envió a Yunes para apoyar al candidato tricolor a la gubernatura de Baja California Fernando Castro Trenti.
Personajes que participaron en esa campaña cuentan que Yunes siempre buscó vincularse con los bajacalifornianos más acaudalados.
Aunque se sabe que éstos le entregaban dinero en efectivo a Yunes Landa, resultaba más fácil arrancarle un estornudo a su fotografía que un apoyo económico para la campaña de el Diablo Castro Trenti.
Una semana después de la elección que perdió Castro, algunos priístas resentidos colocaron una cartulina frente al baño del departamento que ocupaba Yunes.
Por tu culpa perdimos, perro», rezaba el letrero artesanal, aunque (se supone) que este hombre simplemente levantaba los hombros en señal de valemadrismo.
Justo por esos días una decena de elementos de la Procuraduría General de la República llegaron al lujoso complejo habitacional a realizar investigaciones.
Resulta que el señor Yunes denunció el robo de la caja fuerte, aunque omitió decir la cantidad que resguardaba (y de dónde provenía)
Por aquellos tiempos las versiones señalaban que almacenaba 10 millones de pesos en efectivo.
¿De donde tanta mula?
El delegado de la Procuraduría General de la República en el estado Rafael Cervantes guardó silencio, mientras algunos tricolores especularon al señalar que –evidentemente– se trataba de un autorrobo.
¿Autorrobo? Naaaaa…
Ya pasaron casi 4 años y la investigación parece muerta y enterrada.
Hoy se sabe que don Héctor, sin ser parte de la estructura de gobierno, hace de las suyas con solo el antifaz del PRI.
Otros priístas creen que Yunes Landa llegó a Tijuana a recaudar todo lo posible para retacarse los bolsillos.
Los empresarios veracruzanos, las enésimas víctimas de la estirpe Yunes.
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