Cicuta
Por Jaime Flores Martínez
Viernes, 19 de Mayo de 2017.
Desquite
¡Ayúdenos a que los niños tengan clases!, clamó a los maestros el gobernador de Baja California Francisco Vega de Lamadrid.
Y es que los maestros están hartos que la autoridad incumpla con el pago de jubilaciones y percepciones salariales a maestros interinos.
¡El adeudo estimado supera los 880 millones de pesos!
Desde la semana pasada miles de maestros en activo se solidarizaron con sus compañeros y de plano suspendieron labores.
Ellos saben que dejar a los niños sin clases se traduce en una monstruosa presión para la autoridad estatal.
Justo en la celebración del Día del Maestro, el gobernador Vega casi imploró que regresen a las aulas, aunque les aclaró que no había dinero para el pago a esos 2 mil profesores.
El dinero es enviado por el gobierno federal y por eso no les han pagado.
¡Vayan a cobrarle al presidente Enrique Peña Nieto! pudo pensar el gobernador Vega.
Lo que el gobernador no les dijo es que su relación con el gobierno federal está en un momento tenso.
Pocos saben que hace unos tres meses se registró un desencuentro entre el gobernador Vega y el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.
Personajes que deambulan cerca del gobernador Vega aseguran que «truena» contra Osorio al recordar el incidente (aunque solo el mandatario bajacaliforniano conoce los detalles).
Se supone que el quiebre con Osorio afecta directamente a las finanzas del estado en prácticamente todos los rubros.
Aunque nadie se atrevería a especular sobre el origen del mentado desencuentro, hay quien dice que el encontronazo inició con las tumultuarias manifestaciones de principios de año en rechazo al gasolinazo.
Vega habría levantado los hombros, pues esas movilizaciones eran culpa del gobierno de Peña Nieto.
La Secretaría de Gobernación pidió el apoyo de Vega y solo consiguió arrancar sonrisas.
Aquellos que saben dicen que la sonrisa le duró poco a Francisco Vega.
«Ayúdenos a que los niños tengan clases».
Réplica
Que bueno que él presidente Enrique Peña Nieto haya publicado en el Diario Oficial de la Federación la Ley que reglamenta al Artículo Sexto, relativa a la obligación de aceptar la réplica.
A partir del martes «la crítica periodística será sujeto al derecho de réplica en los términos previstos por esta ley, siempre y cuando esté sustentada en información inexacta o falsa cuya divulgación le cause un agravio a la persona que lo solicite, ya sea político, económico, en su honor, imagen, reputación o vida privada».
En otras palabras, los criticados podrán solicitar espacio para aclarar esas «inexactitudes o falsedades». En muchos casos será como darse un balazo en el pie.
Seguramente muchos nombres referidos en Cicuta observarán la posibilidad de intentar lavar su percudida imagen.
No obstante, estos deberán saber que la ley publicada el lunes 15 no refiere que –en una segunda publicación– podrán presentarse pruebas del dicho primario.
Si se publican pruebas entonces no serán falsedades y la réplica se convertirá en otra loza.
Además, estos contestatarios (o beneficiarios de la réplica) deberán entender que «quien no lo lee a la primera… lo lee a la segunda».
Como entender que esta ley no refiere cómo se puede desprestigiar a una persona que carece de prestigio.
Mismo
Durante los últimos años de su valerosa labor, el periodista sinaloense Javier Valdez sostuvo que quienes nos dedicamos a este noble oficio caminamos sobre una delgada línea integrada por delincuentes y autoridades.
Esa integración impide definir cuál es cuál.
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