¿Estropeado?

Cicuta

Por Jaime Flores Martínez

Lunes, 06 de Junio de 2016.

¿Estropeado?

Inconsolablemente frustrado porque en los últimos años las circunstancias no le han favorecido, el empresario «burdelero» Gerardo Álvarez debió conformarse con una pistola.

!El asunto es sentirse importante!

Y es que el dueño del burdel más popular de Tijuana no entiende como al tener 200 empleadas (dedicadas al oficio más antiguo del mundo) es insuficiente para sentirse poderoso.

En su obsesión por conseguir el reconocimiento de la sociedad, este hombre ha intentado destacar en los organismos camarales de Tijuana pero ha encontrado una férrea oposición.

La mayoría de los empresarios cuestionan que el señor Álvarez se dedique a la explotación de mujeres en un jugoso negocio que opera en la zona de tolerancia de Tijuana.

Hace un par de años Gerardo Álvarez fue desconocido como vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio por su presidente Gilberto Leyva Camacho.

A la salida de su antecesor Karim Chalita, el señor Leyva detectó que Gerardo Álvarez pretendía darle “golpe de estado”.

Él señor Álvarez sentía tener los merecimientos necesarios para suplir a Karim Chalita.

Al verse marginado de la posibilidad don Gerardo intento vanamente integrarse a la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), donde se presentaba como empresario gasolinero.

Todos allí sabían que don Gerardo es dueño del burdel Las Adelitas, aunque los integrantes del Consejo respetaron la auto-presentación de Álvarez.

Quizá pensaron que este hombre intentaba asumir su responsabilidad como patrón de las 200 muchachas que prestan su servicio en el mencionado antro.

Sin embargo, esos patrones conocieron que –efectivamente– Álvarez adquirió expendios de gasolina en un intento por darle vuelta a los millonarias ganancias obtenidas de un burdel que opera las 24 horas del día.

Y aunque don Gerardo puede tener cualquier cantidad de dinero, su ambición desmedida lo orilló a construir una gigantesca gasolinera ubicada a unos metros de un complejo escolar en la zona centro de esta ciudad.

Aunque otros empresarios gasolineros calculen la inversión en más de 10 millones de pesos, hasta este momento dicha gasolinera no ha iniciado operaciones.

La férrea oposición de los padres de familia y habitantes de zonas aledañas a esa gasolinera, provocaron que el alcalde de Tijuana Jorge Astiazarán le negara el permiso de operación.

Es del conocimiento publico que los expendios de gasolina representen un riesgo y la ley impide la operación de este tipo de negocios si no existe una distancia de 100 metros de un plantel escolar.

Y aunque las manifestaciones de rechazo han sido intermitentes, el señor Álvarez obtuvo un amparo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y hasta llegó a concluir totalmente la construcción de esa gasolinera.

Frente a sus incondicionales, este señor ha dicho que al entrar el nuevo gobierno municipal obtendrá el permiso para iniciar lo operación de su nuevo negocio.

La mañana del martes 24 de mayo, unos 200 ciudadanos incluidos niños del escuela Alba Roja cerraron la calle Quintana Roo en el centro de la ciudad.

Ésos padres de familia repudian que la autoridad haya permitido que este hombre concluyera tranquilamente con los trabajos de construcción su expendio.

Los inconformes sospechan que en cualquier momento el saliente de gobierno autorice lo operación de esa gasolinera construida en una superficie estimada en media manzana.

Un asunto que llama la atención (y que evidencia su frustración, aunque rime) es que Gerardo Álvarez está integrado a las filas de la Policía Comercial con el único objetivo de portar una pistola.

¡Esto lo sabe el secretario de Seguridad Publica de Tijuana José Luis López!

Don Gerardo no tiene empacho en presumir su pistola automática ante los lambiscones que le sonríen y le ofrecen muestras de cariño.

!Soy policía comercial! Sonríe ufano.

No obstante hasta hoy nadie habría visto que un policía comercial sea escoltado por dos elementos de la policía estatal preventiva.

Efectivamente este hombre es escoltado por dos guardaespaldas, ambos efectivos de la PEP.

Si tenemos en cuenta que Álvarez es el propietario del burdel más rentable del noroeste del país, entonces sería entendible que cuente con dos guardaespaldas.

Aun asi, al asumirse cómo policía comercial, resulta incongruente que tripule un vehículo último modelo y que sea escoltado por una camioneta oscura con dos gorilas abordo.

Sus detractores estiman que a este hombre lo único que le sale bien es explotar mujeres. Del resto poco existe.

 

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