Cicuta
Jaime Flores Martínez
Insensato
Obstinado en convencer incautos de su transparencia, honestidad e irrestricta disciplina en la aplicación de la ley, al juez municipal Alejandro Márquez Rivera no le importa “meter las cuatro” en agravio de ciudadanos de bien.
La madrugada del domingo, el juez Márquez tuvo enfrente al joven Ángel Serrano quien horas antes de protagonizó un escándalo al interior de un bar ubicado sobre la Avenida Revolución de Tijuana. Intoxicado por el alcohol, enardecido por la ira, el muchacho estrelló su puño contra un cristal biselado cuyo valor rebasa los mil 500 dólares.
El asunto es que el juez Márquez otorgó una sospechosa protección a un muchacho que afirmaba tener 16 años, aunque la realidad su dicho contrastaba con sus facciones perfectamente desarrolladas. Serrano es un muchacho grandote, barbón y con voz ronca que le envidiaría el actor Juan Ferrara. Además este joven fue incapaz de identificarse porque “alguien” le robó su credencial.
Tampoco los policías lograron cerciorarse que Ángel Serrano fuera menor de edad. El juez Márquez levantó los hombros y se lavó las manos pues canalizó el caso a la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común. Además de esquivar el brete consiguió evitar la fatiga.
Era más que obvio el contubernio entre el juez Alejandro Márquez y los oficiales Andrés Meraz y Lizeth Huerta, quienes tripulaban la patrulla 0597,
Desde que ocurrió el incidente, el propietario del bar vivió un auténtico viacrucis, pues el juez Márquez (fumador empedernido) no dejaba de golpearse el pecho al decir que era honesto, honesto, honesto.
Luego, ante el Ministerio Público, las cosas se complicaron pues Ángel Serrano no traía identificación pero desde luego no era un lactante. Si hubiese sido menor de edad no hubiese entrado al bar a consumir bebidas embriagantes. ¿No pensaros asi los policías y el juez? ¿Puede haber respeto la ley donde hay ausencia de inteligencia?
En el parte policiaco (cuya copia tiene Cicuta) los oficiales Meraz y Huerta afirman que el joven Serrano “sangraba de la mano derecha” a consecuencia del puñetazo propinado el cristal, aunque mas abajo afirman que el joven Ángel Serrano “no tiene lesiones” y que su domicilio es en San Diego California,
Interesado en recuperar el costo de los daños, el dueño del negocio acudió el lunes a las 10 de la mañana a la agencia del Ministerio Público para conocer la forma en que recuperaría su dinero. Sin embargo, allí le informaron (sin mayor argumento) que el joven Serrano ¡había quedado en libertad! ¿Libre sin pagar los destrozos? ¿Quien diantres liquidará los daños?
El tema de fondo es que el juez Alejandro Márquez nunca pidió certificar la edad real del muchacho, quien se amparo al decirse menor de edad, argumento utilizado por muchos para evadir la ley.
Resulta que en la oficina del MP, la médico legista estimó que el muchacho Serrano rebasaba los 20 años de edad. ¿Acaso un muchachito de 16 años tiene barba poblada voz de tenor desmañando?
En lugar de dedicarse al saqueo de ingenuos, el cuestionado consejero jurídico del Ayuntamiento de Tijuana Gerardo Herrera Zavala, debía designar personas capaces en puestos clave dentro del estructura de los jueces municipales.
El abogado Alejandro Márquez ocupa un espacio muy importante pues se encuentra al frente de la oficina ubicada en la Zona Norte de Tijuana. Al tratarse del perímetro de la Zona Centro, se presenta una mayor demanda especialmente durante los fines de semana.
Si bien el juez Alejandro Márquez presume de ser profundamente respetuoso de las leyes, alguien tendría que decirle que la utilización del “sentido común” también es extraordinariamente aceptada.
Andrew
Justificadamente activa se encuentra la señora Linda Tahmooresi, madre del ex marino norteamericano que finales de marzo cruzó hacia México con tres armas de fuego en su poder. Este joven fue interceptado y recluido en el Penal de la Mesa, aunque ahora se encuentra en la Penitenciaría del Hongo.
El martes pasado, la madre del joven rentó las instalaciones de un bar en San Diego para ofrecer una conferencia de prensa. Allí pidió apoyo económico para solventar los gastos judiciales de su hijo.
Sin embargo, el abogado de Tahmooressi, el licenciado Fernando Benítez, asegura que sólo cobrará si se logra el objetivo, es decir, la liberación del joven. Algunas versiones señalan que la señora intenta reunir una cantidad determinada para ofrecerla el gobierno mexicano a cambio de la libertad de su hijo.
Esa visión se observa evidentemente torcida, aunque la impresión generalizada es que la justicia mexicana se vende al mejor postor.
Un lector de Cicuta considera que el ex marino debe cumplir con las leyes mexicanas, pues Estados Unidos nunca ha tenido clemencia con algún mexicano que cometió alguna infección en su territorio. Si se trata de justicia, el muchacho norteamericano debe permanecer en prisión. Cuanto extrañará sus reiteradas juergas en bares de la Zona Norte de Tijuana.
Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta Viernes, 08 de Agosto de 2014.
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