INTRIGAS.
LOS EXHIBE LA INSEGURIDAD (II)
Mientras el Francisco Arturo “Kiko” Vega de Lamadrid, gobernador del estado, jura y perjura que mejorara la seguridad –solo le falta decir que algún día-, el estado se le esta descomponiendo en medio de un océano de corrupción e impunidad en que se desenvuelve su administración, comenzando por las corporaciones policíacas.
Aunque tuvo lo voluntad de cambiar al director de la muy cuestionada por corrupta, torturadora e inepta policía estatal preventiva (PEP), nombrando a Carlos Besne Irigoyen Ontiveros, con fama de eficiente, no se ha notado dicho cambio, ya que a este no se le ha permitido nombrar gente de su confianza, aunado a que el anterior director, Marco Antonio Montoya Gómez, se le nombro coordinador de operativos generales, donde sigue controlando la corporación –y los “negocios”-, siguiendo siendo el verdadero poder, con todo el apoyo de su “patrón” Daniel de la Osa… digo de la Rosa Anaya, secretario de (in)seguridad pública del estado (SSPE). Que según dicen, es el líder de la “banda”.
Los empresarios pueden seguir pidiendo reducir los índices delictivos, que la seguridad se no se sigua descomponiendo, que los muertos no proliferen –como actualmente sucede-, que los delitos de fuero común no sigan en su “alocado” aumento, y que la tan traída y llevada coordinación, que hasta ahora brilla su ausencia, o dicho de otra forma, no se ve por ningún lado, se haga realidad.
Las autoridades, y algunos de sus patrocinadores y socios hablan de fortalecer “las estrategias de seguridad”, cuando por principios de cuentas, primero deben de tenerlas, y segundo, implementarlas. Alguien dice por ahí, que se tiene que iniciar “por el principio”. Y suena lógico, Será que por lo mismo, es lo que no hacen las autoridades.
De risa lo declarado hace días por Juan Manuel Gastélum Buenrostro, mejor conocido por “el patas”, actual diputado Federal y una de las personas más cercanas al gobernador, quien de su ronco pecho soltó “que las principales cabezas de la seguridad en la entidad deben de dar resultados en los próximos días, ya que tuvieron el tiempo suficiente para coordinarse, así se los ha pedido el Gobernador».
De entrada, el gobernador no tiene que pedir –y más en materia de seguridad-, sino ordenar. Y a quien no cumpla porque no pueda, no sepa o no quiera, simplemente lo debe de correr sin miramiento alguno. Pero parece que a “Kiko” Vega, eso no se le da. Por lo visto, sus subalternos son ineptos, o de plano no “pelan” al gober. O ambas cosas.
Ni que decir que la corrupción carcome a los cuerpos policíacos, gran parte de las quejas y denuncias que hace la población son contra las corporaciones. Sin que las autoridades hagan gran cosa por aplicarles las debidas responsabilidades jurídicas, como consecuencia de la ejecución de algún delito relacionado con actos de corrupción, agresión o tortura.
No se conocen operativos para detener en flagrancia a los malos servidores públicos. Menos su consignación ante las autoridades judiciales respectivas. Algunas autoridades piden a la ciudadanía denunciar y actuar en contra de la corrupción, pero aun y cuando la mayoría están dispuestos a hacerlo, empezando por negarse al pago de un soborno, el problema es que es todo un vía crucis presentar una denuncia, y más aun que la responsable actúe en consecuencia, dejando casi siempre en estado de indefensión al ciudadano, y muchas veces, a merced de la venganza de los nefastos elementos policíacos.
Por algo en el país en lo general, y en el estado en lo particular, noventa por ciento de los habitantes considera que la policía es extremadamente corrupta. Se dice que la corrupción es una práctica que se mantiene vigente por las fallas e ineficiencias de los gobiernos, y su costo en México equivale a nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Con el cinismo que los caracterizan, las autoridades civiles se quejan de que los efectivos castrenses “ya no le están entrando al combate al crimen”, cuando primero falsamente pregonaban que la criminalidad se acabo gracias a los jenízaros, y que los militares solo habían prestado apoyo. Con la inoperancia de las corporaciones civiles, seguramente sed reiniciaran y reforzaran los patrullajes por parte del Ejército Mexicano. Independientemente de que a ahora el delito de narcomenudeo es del orden común.
El gober, tiene que hacer realidad el rumor del cambio en la titularidad de secretaria de seguridad pública estatal, mandando a “su casita”, aunque seria mejor que lo enviara a… “la ingada”, al tortuoso e impresentable Daniel de la Rosa Anaya. Aunque, según comentarios, por presiones de “la maña” oficial, esto no se ha realizado. La realidad es que la PEP es una institución desprestigiada, carcomida por la corrupción.
Tanto en los diversos tribunales federales y de fuero común, como en la Procuraduría de los Derechos Humanos estatal, como en Amnistía Internacional (AI), se encuentra documentado lo que para ellos son usos y costumbres, es decir: la tortura y “siembra” de evidencias por parte de agentes de la policía estatal preventiva, o “pepos” como vulgarmente se les conoce.
Ni que decir de ese deporte que consiste en meterse a las propiedades privadas, obviamente sin orden de cateo, turnando a quien detienen, siempre con la frase “detenido en la calle”. Además de llevarse todo lo que se les antoja de la propiedad, ya que para ellos, todo es “botín de guerra”. No importa que existan testimoniales demostrando la ilegalidad de los pepos, en ocasiones acompañadas de videos, estos “criminales” con uniforme son intocables, tienen la bendición del secretario. Tendrán también la del gobernador? Conste que es pregunta, que requiere respuesta.
Son especialistas en “partes fabricados”, además de en “extorsiones”. Las torturas con bolsas de plástico y golpes, son lo cotidiano. Como se escucho decir a un ciudadano: “son mafias oficiales solapadas por el mismísimo gobierno, aparte de sembrarles droga a los incautos, los bajan con sus pertenencias y además hostigan a su familia pidiendo fuertes sumas para liberarlo, esto lo sabe todo el mundo pero lo más triste es que el gobernador, el secretario y los derechos humanos pareciera que pertenecen a esta misma mafia, si no te encuentran nada te siembran, si te resistes te levantan y te esconden por un rato, si los amenazas te golpean entre varios, hasta cobardes son y hablando de educación y situación académica, están mucho peor que cualquier malandro, son cobardes miserables, rateros, corruptos, abusivos, criminales y demás”.
El problema es que el ciudadano en general, y sobre todo el denominado “Juan Pueblo”, es el que comúnmente es victima del abuso cotidiano de los policías prepotentes y arbitrarios. Con la tolerancia y hasta bendición de sus jefecitos. Incluido el gobernador? El tiene la palabra para desmentirlo.
Quien en este estado, no ha sido victima o conoce alguna de algún robo a transeúnte, domiciliario, de vehículos, a negocios, -todos ellos con o sin violencia-, extorsiones, secuestros, levantotes, asesinatos, narcomenudeo, etcétera. Aunque las autoridades oficialmente prefieren no opinar, menos dar nombres; cuando mucho advierten que se trata de una “guerra entre narco-menudistas” y que “se están matando entre ellos”. Si desde que ven el cadáver saben que son malandros, porque no los detubieron con oportunidad?
La realidad, es que se cometen a diario un impresionante número de crímenes, sin que malandro alguno sea detenido por las autoridades. Bueno, ni siquiera molestados.
La incapacidad y corrupción, de muchos de los encargados de combatir la violencia y delincuencia en el estado, es manifiesta. Lo que se ha convertido en un mal endémico, que se les ha salido de las manos.
Como dato del comportamiento de estos trogloditas con uniformes, esta el desafortunado evento de hace unos días, en que una persona se suicido lanzándose desde una de las torres de la comisión federal de electricidad (CFE) en plena Zona Río, en la que fue retirado el personal de la CDH que estaba haciendo labor de convencimiento con el suicida, hasta que un elemento de la PEP les ordeno retirarse, y empezó a gritar “que se dejara de endejadas, que se lanzara de una vez, que no fuera put…”.
Ni que decir de que a cualquiera que detienen “precautoriamente”, le quitan el dinero que lleve encima, porque “seguramente es de alguna actividad ilícita”, y si hay algún reclamo de por medio, de inmediato es aplacado a golpes. Estos elementos, si son verdaderos malandros. Pero con protección oficial.
Si usted ha tenido la necesidad de transitar por la calle Leona Vicario, en la conflictiva Zona Río, difícilmente lo ha logrado, ya que ahí se encuentran las instalaciones de la estatal preventiva en la ciudad de Tijuana, y sus elementos tienen copada toda la calle, difícilmente dejando algún carril para circular.
Independientemente que usted puede apreciar las patrullas oficiales y los vehículos privados de los pepos, adjudicándose la calle completamente, siendo la mayoría de estos, carros chocolate , con cristales polarizados, con placas norteamericanas, vencidas, o de plano sin ellas. Sin mencionar su falta total de respeto al reglamento de transito, y al bando de policía y buen gobierno. Al que la “disque” autoridad son ellos.
Y después se extrañan que en Mexicali surgieran las primeras “auto defensas” en el estado. A ver si no se reproducen como hongos en los demás municipios.
Bien dicen que “todos aquellos que han sido investidos de poder, solo concurren a disfrutar de él, siempre y cuando tengan a la mano el preciado imán de los negocios fáciles, del dinero que deja la ilegalidad de las acciones y, desde luego, contar con una enorme cadena de complicidades”. Nadie que se precie de organizado, disciplinado y honesto, lo podrá negar. Así o más claro.
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INTRIGAS: Escrito por Ricardo Madrigal. Jueves, 20 de Marzo de 2014.
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