Cicuta
Por Jaime Flores Martínez
Miercoles, 29 de Junio de 2016.
Makro
Alarmados por las súbitas fracturas en las paredes de sus viviendas, vecinos de Residencial San Pedro de Tijuana no hallan como la empresa constructora apacigüe sus sobresaltos.
Evidentemente desesperados, una decena de mantas que alertan sobre los riesgos de adquirir una vivienda en esa zona fueron colocadas por los propios habitantes en la fachada de sus domicilios.
«Puerta San Pedro Residencial no cumple y las casas son inseguras”. “!No compres aquí!» reza un letrero colocados frente a una de las casas.
Y no se trata de viviendas de interés social, ni tampoco fueron construidas por una empresa golondrina. ¡Se trata de residencias cuyo valor es –en promedio– de 1 millón 800 mil pesos!
El fraccionamiento Puerta San Pedro Residencial se localiza a la altura del kilómetro 17 de la carretera libre Tijuana-Rosarito.
Ahí se encuentran habitadas unas 20 viviendas y en lo que será una segunda etapa la constructora Makro realiza los trabajos necesarios para construir otro centenar de viviendas del mismo tipo.
¿También se cuartearán?
La mañana del 15 de junio el columnista realizó un recorrido por la zona y tuvo la oportunidad de tomar graficas de la inconformidad plasmada en las mantas.
Uno de los vecinos refirió que los habitantes tomaron la determinación de colocar esas mantas por la desatención de la empresa Makro que –por cierto– es considerada un consorcio sólido y serio.
La leyenda recuerda que esa empresa fue la responsable de reconstruir el tramo carretero colapsado el 28 de diciembre de 2014 en la vialidad escénica Tijuana Ensenada.
También fue ¿responsable? de la construcción del endeble estacionamiento del Palacio Municipal de Tijuana, clausurado por la inseguridad que representa
El mismo vecino señala que esa constructora levantó los edificios Torre Cosmopolitan y Torre Platino, ambas ubicadas en la urbanística Zona del Río de Tijuana.
Según los habitantes de San Pedro Residencial, los ejecutivos de la empresa han ignorado las inconformidades y desestiman las visibles fracturas en los muros. Uno de los letreros revela nombres y apellidos.
Aún así, no se explican cómo es posible que –en el predio contiguo– se realicen los trabajos para construir otras 100 residencias que podrían presentar los mismos riesgos. ¡Por eso en las mantas alertan a la gente a no comprar ahí!
Otra de las mantas (amarillas todas, con la tipografía negra y motivos rojos) señala que «la constructora no cumple”. “Las casas se están cuarteando”. “Necesitamos garantías».
En un intento por conocer la versión de la empresa constructora, el columnista llamó a la empresa Makro con la intención de contactar con el director Ismael Gutiérrez Castro.
La recepcionista interrogó al periodista para conocer cuál era el objetivo de la llamada. ¡Y es que el director está muy ocupado y no atiende a cualquiera!
Cicuta le explicó serenamente que la intención de hablar con Ismael Gutiérrez era conocer la versión de la empresa.
Mas alarmada que los vecinos de San Pedro Residencial, la recepcionista comenzó a dar evasivas y ni siquiera quiso dar su nombre. ¿Qué esconderán?
Otro vecino añade que los incumplimientos de Makro se origina desde la entrega física de las casas.
Éste hombre señala que recibió su casa con 8 meses de retraso, situación que generó gastarse 80 mil pesos más de su presupuesto.
Un profesionista dedicado al movimiento de tierra estima que la zona que ocupa San Pedro Residencial no es –de ninguna manera– terreno fangoso.
Las fracturas existentes en la mayoría de las casas no son necesariamente por la inestabilidad de la tierra sino por la mala calidad del material utilizado.
Si eso es en las casas habitación, ¿que será con las obras importantes como la construcción de puentes y la reparación de colapsos carreteros?
Rendi
Automovilistas que se abastecen de gasolina en las estaciones Rendichicas se desconciertan a leer letreros colocados en esos expendios.
Están dirigidos al juez segundo de lo civil Carlos Alberto Ferré Espinosa, a quien exhortan a no ser un “titiritero de la justicia”. «Defiende los derechos sociales a los que aspiramos las trabajadoras de esta empresa», es lo que señala una de las mantas.
Las empleadas ignoran el motivo de fondo. Sólo saben que Pemex no abastece gasolina por orden del juez Ferré.
Esas rendí-chicas deben saber que se trata de un conflicto familiar, donde el origen es la disputa por los expendios de Ciudad Juárez y Tijuana.
Los hermanitos se pelean por la explotación de casi 2 mil rendichicas.
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