Monkis

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Miércoles, 24 de Junio de 2015.
Monkis
Acostumbrados a vulnerar sin empacho la dignidad de los bajacalifornianos, aquellos gorilas uniformados irrumpieron la noche del sábado 13 en un taller mecánico ubicado en la colonia Juárez de Tijuana.
Como en la mayoría de las ocasiones, su prepotencia se adereza con un lenguaje soez y una gesticulación amenazante.
Ambos elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) lanzaban lumbre por los ojos ante el aterrado ciudadano que no lograba entender. Con un leguaje que avergonzaría a la regidora priista de Tijuana Rosa Aurora Martínez, los agresivos pepos le preguntaban “donde estaba la droga”.
¿Cual droga? respondía tembloroso el ciudadano cercano a la tercera edad.
Los minutos pasaban y con ello aumentaba la zozobra hacia el aterrado propietario del negocio.
Allí los «pepos» sentenciaron que –para dejarlo en paz—el hombre debía entregarles 15 mil dólares o se lo llevarían detenido por encontrarle una considerable cantidad de droga.
¿Cual droga? cuestionó de nuevo. –!Esta droga!! Respondió uno de los pepos mientras señalaba varios paquetes que estaban dentro de la patrulla número 650 de la Policía Estatal Preventiva.
Mientras que uno de los gorilas hostigaba y amenazaba al agobiado ciudadano, el otro se dedicaba a hurgar en los resquicios del negocio.
En algún lugar de ese taller el abusivo mico encontró 6 mil dólares en efectivo, producto de la venta de un automóvil.
La sonrisa perversa de los pepos anunciaba la conclusión de su objetivo en aquel taller mecánico.
Antes de retirarse, los uniformados utilizaron su teléfono celular para fotografiar el rostro del propietario del negocio. Su dignidad aplastada, su propiedad vulnerada y su dinero en manos de delincuentes que utilizan uniforme policiaco.
Y aunque Cicuta tiene la dirección del taller y el nombre de la víctima, se reserva la divulgación de esos datos para integrarlos al cúmulo de casos similares.
Mientras el secretario de Seguridad Pública del Estado Daniel de la Rosa Anaya se dedica a limarse las uñas, los pepos aterrorizan a toda la sociedad.
Sépase que el señor de la Rosa (entronizado como titular de Seguridad Pública) conoce perfectamente el caso relatado pero aún así prefiere mantenerse inmóvil. La semana pasada dijo que habrá castigo para quien vulnere los derechos humanos. Si como no.
No es posible que al señor secretario le valga verdura los constantes abusos de los pepos.
Cicuta subraya que un policía de la PEP de apellido Montoya es el principal sicario de don Daniel. ¡Por lo visto los pepos tienen autorización para delinquir!
La suposición lógica es que esos gorilas uniformados entregan una apetecible cuota en dólares a Montoya. ¿El señor Montoya se quedará con todo? !Naaaaaaaaaa!
Aunque nadie ha hecho referencia a la abrupta renuncia de Carlos Besné Irigoyen a la dirección de la PEP, una versión señala que Besné «estorbaba» en los negocios de Montoya y de la Rosa.
Como Daniel de la Rosa tiene información privilegiada sobre el ejecutivo estatal, no le importa que sus corruptelas trasciendan. Por lo que se ve, trae a Dios de las orejas.
El columnista revelará en breve la escandalosa corrupción que satura los centros penitenciarios del Estado con la descarada tolerancia del señor de la Rosa.
Necesariamente este último está de acuerdo con la putrefacta actuación de Héctor Grijalva Tapia, sempiterno titular de los penales del Estado.
Ah, por cierto Grijalva también tiene su «Montoya».

Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta jornadabc.mx


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