RELIQUIAS

INTRIGAS.

 

 

RELIQUIAS 

Mientras el ayuntamiento tijuanense, representado por Bernardo Padilla Muñoz, Secretario de Gobierno y por su empleado José Luis Hernández Silerio, titular de la dirección de Vialidad y Transporte, tiran rollo un día si… y otro también, los usuarios del transporte público en este municipio, tienen que viajar en unidades que son verdaderas “reliquias”. Algunas de las cuales datan de los años setentas del siglo pasado.

Ni que decir que son unidades obsoletas, y que muchos funcionarios consideran modernas las que tienen menos de… veinte años de antigüedad. En esta ciudad, y porque no decirlo, en todo el estado, abordar una unidad de transporte público en buen estado es como encontrar una aguja en un pajar. Y no es para menos, la gran mayoría de las unidades ya rebasaron su vida útil. Se dice que como mínimo ocho de cada diez.

Según expertos en el tema, el límite de vida útil de estas unidades es de diez años. Así que la antigüedad de las que circulan en esta ciudad y estado, ya tiene “rato” que rebasaron ese tiempo, siendo muchas de ellas verdaderas “antiguayas”. Por lo que se puede decir que las vuelve por completo obsoletas. En otras palabras, son chatarra con o sobre ruedas.

Por algo será que las autoridades no presentan padrón alguno, si es que lo tienen, es obvio que no quieren se conozca que en su gran mayoría se podrían considerar verdaderas reliquias, que empezaron a circular en el siglo pasado. Tanto Padilla Muñoz como Hernández Silerio, podrán decir en su defensa que ellos “heredaron” este desbarajuste –de algún modo hay que llamarlo-, en lo cual tendrían razón. Pero abría que especificar que no solo no han hecho nada para remediarlo, sino que se “amafiaron” con los eternos dueños del negocio, llegando al extremo de hacerles el “trabajo sucio”, atacando a la competencia.

Las unidades destinadas al servicio público de transporte de pasajeros, tienen “fecha de expiración”, es decir, deben de ser sustituidas cada determinado tiempo –el estándar más reconocido es de cada diez años-, la realidad, sin embargo, es otra.

Actualmente, la inmensa mayoría de las unidades que circulan en la ciudad y el estado, cumplen sobradamente con esa antigüedad. Por lo que deberían estar fuera de circulación, tanto por el peligro que representan para usuarios, peatones y automovilistas, pero desafortunadamente no es así.

Basta subir a prácticamente cualquier unidad, para constatar el mal estado en que se encuentran, con los vidrios rotos, los asientos en mal estado, carrocerías en mal estado, espejos laterales no funcionales, falta de luces interiores y exteriores, independientemente de la ausencia de salidas de emergencia, y esos son sólo algunos de los defectos más visibles.

Si a tales desperfectos, le agregamos las fallas mecánicas, menos perceptibles pero infinitamente más peligrosas, ya son la causa de numerosos accidentes de tránsito, ya ni para que entrar en el comportamiento de los chóferes, que muchas veces se comportan como verdaderos “cafres” dueños de las vialidades, sin que las autoridades tomen la menor medida al respecto.

Ni para que entrar en mencionar la verificación de esas verdaderas chimeneas sobre ruedas, las cuales sus propietarios se niegan a verificar, ya que según ellos la dirección de Vialidad y Transporte ya les realiza una revisión mecánica. Alguien les tendría que explicar que verificación de contaminantes y revisión física mecánica, son dos conceptos diferentes. La primera es para el control de las emisiones contaminantes, la segunda para el estado físico mecánico de la unidad. Tanto en el transporte público federal –ya sea de pasajeros o de carga- en el país, como en la vecina Norteamérica, lo realizan desde hace muchos años, pero en estos rumbos, están acostumbrados a hacer lo que les viene en gana, con el apoyo de la autoridad. Claro, previo “agradecimiento”.

De las peleas por las rutas, la invasión de las mismas, pleito entre líneas o asociaciones de transportistas, es del dominio público que son el pan nuestro de todos los días. Y según las apariencias, las actuales autoridades, como sucedió con quienes les antecedieron en el cargo, toman partida. Usted cree que sea de “cuates”? Yo tampoco.

A pesar de que gran parte de la población –sobre todo la de menos recursos- realiza sus traslados en transporte público o concesionado, las autoridades poco han querido hacer para modernizarlo. Será por la “mina de oro” que representa para los funcionarios “regentearlo” como esta? Conste que es pregunta. Que merece respuesta. Eso si, administración tras administración prometen y se comprometen a solucionar el problema del transporte.

La administración actual, siguiendo el libreto heredado por el anterior ayuntamiento, solo tiene ojos para el lucrativo negocio denominado “Ruta Troncal”, el cual “devorara” una buena cantidad de cientos de millones de pesos, y que solo ha servido para desgraciar una importante vialidad ubicada en la confluencia de la muy transitada vía rápida, a la altura del Hospital General, en plena y conflictiva Zona Río. La cual por cierto lleva meses detenida, por problemas administrativos, por no decir burocráticos –falta de registro de firmas-. Los miles de ciudadanos que diariamente transitan por el lugar, según el pensar de estos burrócratas, es que… se jodan.

De renovar el parque vehicular, cambiándolo por unidades nuevas, ya que las actuales hace demasiadas decenas de años que acabaron su periodo de vida útil, ni soñando se hará. Las autoridades siguen dando largas al problema. Mientras ellos viajan en lujosos automóviles, la ciudadanía se juega la vida a diario, viajando en unidades chatarra.

Ejemplos sobran, como el calafiero que recientemente atropello a tres niños, para después darse a la fuga, hecho que sucedió por el Bulevar 2000. Como el anterior ejemplo se suceden constantemente, ante la complacencia de la autoridad irresponsable.

Para despistar a la ciudadanía y a la opinión pública, tanto José Luis Hernández Silerio, como su patrón Bernardo Padilla Muñoz, presumen un día si y otro también, operativos contra el denominado “transporte pirata”. Según ellos reforzando los controles respecto a las cotidianas invasiones de rutas. Aunque dicen que no pueden hacer gran cosa, ya que gran parte de ellos trabajan amparados.

Al principio de esta administración, Hernández Silerio juro y perjuro que actuaría hasta las últimas consecuencias contra quien estaba propiciando este desbarajuste, indico que se levantarían las respectivas denuncias penales, dejando ver el “desaseo” y “complicidad” de Roberto Vidrio Rodríguez, titular del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del estado en Tijuana, el cual es llamado por sus conocidos “el placas” y/o “el sastre”, ya que según comentan esto se debe a su tendencia a vender placas de servicio público y a realizar resoluciones a la medida del cliente.

Pero resulta que desde que su patrón Padilla Muñoz, requirió los “favores” del “placas o sastre”, para reincorporarse a su suculento puesto de la Secretaria de Gobierno, después de haber sido suspendido por la Sindicatura, ya no se volvió a mencionar palabra alguna, sobre proceder contra tan “nefasto” funcionario. Como dicen: entre pillos te veas.

El que gran parte de de los chóferes del transporte público manejen a exceso de velocidad, sean groseros, y no esperen a que las personas mayores y discapacitados estén sentados cuando arrancan, y que muchas veces provoquen que se caigan, ni que decir de que no les importan en lo mínimo los chiquitines, aunado a que son dueños de las vialidades de la ciudad, así como del equipamiento urbano, con el beneplácito y bendición de las autoridades municipales. Las quejas recurrentes de usuarios, no sirven para gran cosa. Por no decir que no los pelan.

Lo único que cuenta es que se “caigan” con la cuota, y que cada vez que se les solicite “apoyen” en las campañas políticas. Aunque si juegan las contras, como sucedió en la campaña pasada con los denominados “amarillos”, que públicamente se declararon enemigos de Jorge Astiazaran, jugándosela con su contrincante. No pasa nada. Por una módica cuota, podrán hacer lo que quiera, incluida la apropiación de calles, el bloqueo de las mismas, agredir a la competencia y bajarle el pasaje que transportan, y muchas situaciones más. Al fin, tanto el personal de transporte y vialidad municipal, como la policía municipal, están para servirlos.

Es de tal tamaño el desbarajuste en el área de transportes, que el pasado primero de mayo, cuando el alcalde Jorge Astiazaran, estaba jugando al “populista”, desfilando “disque con obreros”, aunque en realidad lo hacia con los rancios lideres “charros”, muchos de los cuales son sus empleados en el ayuntamiento, y que en gran parte representan solo a siglas, de lo que en otras épocas fueron poderosas centrales obreras, y que hoy en día se conforman con una regiduría, alguna dirección, o lo que caiga.

Pero regresando al tema, decíamos que los transportistas le echaron a perder el día, con una manifestación y bloqueo en que exigían hablar con autoridades locales debido a rencillas propias de su sector. Con pleito a golpes entre ellos incluido. Ese es el tipo de “trabajo” que se esta realizando en el sector.

No hay peor ciego que el que no quiere ver

 

 

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INTRIGAS:  Escrito por Ricardo Madrigal.  Jueves, 08 de Mayo de 2014.

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