Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Miércoles, 09 de Septiembre de 2015.
Torcido
Agobiado por el caudal de críticas y enredado en sus propias limitaciones, el secretario de Seguridad Pública de Tijuana Alejandro Lares Valladares pudo –el pasado viernes—haber escrito su epitafio.
¿Cómo se atrevió a pedirle a los militares guardar silencio sobre la narco-manta que ordenó quitar de un puente?
¡Lares sabe que el Ejército tiene un efectivo servicio de inteligencia! ¡mas allá de eso, el ejército sabe perfectamente de cual pie cojea!
Al pedirle al ejército que no divulgara detalles sobre la «narco manta» colocada la tarde del viernes en un puente aledaño a la Macro Plaza, el señor Lares alimentó las sospechas de los militares.
Los verdes saben que el secretario Lares parece atender las necesidades de un grupo delincuencial y por eso ordenó el retiro subrepticio de esa manta repleta de nombres y de acusaciones por diversos delitos.
Alrededor de las 13 horas del viernes, policías municipales se apresuraron a retirar de ese puente una manta que momentos antes colocaron integrantes de un grupo criminal.
Los uniformados atendían una orden girada por el secretario Lares.
Alguien le informó del contenido del improvisado letrero elaborado con pintura roja y negra.
La novedad es que el secretario Lares llamó a las instalaciones militares para solicitar “discreción” sobre este asunto.
Don Alejandro Lares no quería que el asunto trascendiera, aunque –por lo visto– ese viernes “no era su día”.
El titular de la policía de Tijuana ignoraba que el ejército estaba perfectamente informado de la colocación de esa manta, además de saber que había sido Lares quien ordenó su retiro sin darle parte al ejército mexicano.
Don Alejandro quiso pararse el cuello y al mimo tiempo “darle línea” al Ejército. ¡Cuánta ingenuidad!
En otras palabras, el señor Lares quiso quedar bien con el Ejército y al mismo tiempo con sus protegidos.
Lo que el secretario ignora es que los militares ya investigan los vínculos que tiene con integrantes de una de las bandas delincuenciales que operan en Tijuana.
Sépase que los rivales de sus supuestos protegidos son los responsables de la narco-manta del viernes.
Alejandro Lares debe saber que alguien vestido de verde le tomó una fotografía a la manta colocada por los delincuentes.
En ese nudo de palabras se revelan nombres, circunstancias y datos de eventos ocurridos en fechas recientes.
También debe saber que los servicios de inteligencia del Ejército Mexicano investigan el origen de los recursos que Lares utilizó para comprar –en efectivo– una propiedad en el exclusivo fraccionamiento Puerta de Hierro.
Cierto que Lares gana mas que el propio alcalde, aunque ni todo el salario devengado en su cargo le alcanzaría para hacer esa compra.
Alguien con medio gramo de materia gris entendería que el jugoso salario no sería suficiente para liquidar con dinero en efectivo el monto de la propiedad aludida.
Si bien el alcalde de Tijuana Jorge Astiazarán consideró la semana pasada que la seguridad pública es responsabilidad de todos, también es cierto que intentar mantener oculta la pugna entre bandas no significa que el secretario de Seguridad Pública haga lo que le corresponde.
Ah también le siguen la pista a un tal Carlos Gómez Miguel, un ex –pepo que realiza labores de inteligencia (cuelga teléfonos) para la Policía Municipal de Tijuana, léase Lares.
Chiquis
El club de amiguitos de Alejandro Arregui Ibarra tronaron el viernes contra el columnista por los señalamientos planteados.
Los amigos que el delegado de Infonavit tiene en Facebook satanizaron el texto de Cicuta, además de arrastrarse en elogios, remedo de vituperio.
El señor Arregui es un joven que pertenece a una familia muy querida en Ensenada. Su juventud es –por lo visto– garantía para sus aplaudidores.
Luego de los comentarios planteados en la página de Facebook, el columnista refirió que el cantante Luis Miguel sentiría envidia de los fanáticos de Arregui.
A su grupo de fans, el escribiente les refiere que no se intenta cuestionar su juventud.
El origen de la crítica es la desatención que reciben las personas que intentan entrevistarse con el delegado de Infonavit. El joven está ocupadísimo para atender a la chusma.
Los miembros de su porra deberían darse una vueltecita por el edificio que alberga el Infonavit para platicar con las personas que ahí acuden.
Muy probablemente la visión que tienen sobre su ídolo cambie radicalmente. O quizá le aplauden para que sea candidato a la alcaldía de Ensenada porque quieren chamba. Apláudanle pues… al chiquito.
Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta jornadabc.mx
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