Cicuta
Por Jaime Flores Martínez
Viernes, 11 de Noviembre de 2016.
Trump
Una pertinaz lluvia se registró durante muchas horas en el centro de México.
Esa precipitación inició desde la tarde del martes hasta la mañana del día siguiente.
Alguien soltó que tal vez el cielo lloraba, porque ganó Trump.
Pateabotes
Obsesionado en satisfacer su enfermiza ambición económica, el señor Alejandro González Guilbot se quedó como el perro de las 2 tortas.
El 25 de octubre el señor González renunció a la jefatura de delegaciones de CONAGUA porque «tenía en la bolsa» la titularidad de la Aduana de Tijuana.
Cicuta reveló que González cacareó que había contribuido con 2 millones de dólares en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.
Tal como sucede en México, es ahora el momento de cobrar su generosa aportación. El secretario de Hacienda José Antonio Meade está obligado a corresponderle a González Guilbot. ¡Al menos eso pregonó!
El asunto es que tan ambicioso personaje se quedó con las ganas de regresar como administrador de la Aduana de Tijuana (y sin la jefatura de delegaciones de la Conagua)
Hay quien refiere la animadversión del director General de Aduanas Ricardo Treviño sobre Alejandro González Guilbot.
Se supone que el joven Treviño hará hasta lo imposible por evitar que González Guilbot encabece de nueva cuenta la aduana de Tijuana.
El columnista se atreve a señalar que el señor González podría llegar a ocupar el recinto aduanal de Tijuana solamente si “rueda” la cabeza de Ricardo Treviño.
Alejandro González solo podría llegar a la aduana local si es impuesto desde el Olimpo (léase los Pinos).
A propósito del tema, hace una semana Cicuta se refirió a la intranquilidad que generó el contenido de esta columna en la figura de Octavio de la Torre de Stefano, un profesionista dedicado al litigio de los asuntos aduanales.
El columnista refirió que el señor de la Torre andaba muy preocupado por el desprestigio de González Guilbot. ¿Cuál prestigio?
Hoy Cicuta entiende que la relación del señor de la Torre con el señor González, data de los tiempos en que ambos laboraron en la Aduana de Tijuana. Ambos vivieron entonces momentos de gloria.
Hasta antes del día 25 del mes pasado, el señor de la Torre gozaba de las facilidades que le daba el jefe de delegaciones de Conagua.
Octavio de la Torre, abogado especialista en temas aduanales, también arreglaba asuntos relacionados con la Comisión Nacional del Agua.
Movía sus influencias y cobraba jugosísimas cantidades de dinero que quizá compartía con su socio Alejandro González Guilbot.
Desde luego que frente a sus clientes Octavio de la Torre presumía su íntima relación con Roberto de la Parra, titular de Conagua.
Quizá este último ni siquiera estaba enterado de las trácalas que hacía su jefe de delegaciones con el abogado fiscalista.
En la próxima entrega se ofrecerán detalles sobre la actuación del señor de la Torre y la justificada molestia de los agentes aduanales.
Anónimo
Muy desconcertados están aquellos ciudadanos medianamente observadores.
Y es que el surgimiento de un «vengador anónimo» ha generado una serie de especulaciones, muchas de ellas fundadas en la lógica.
¿Un ciudadano común mataría a 4 delincuentes, recogería el botín, subiría al autobús a regresar sus pertenencias, sonreiría a los pasajeros y se alejaría serenamente?
Isabel Arvide, periodista capitalina, califica la versión oficial como un cuento de hadas.
Señala que hay evidencias sobre la vestimenta que traía uno de los presuntos delincuentes. La ropa de uno de los muertos era muy parecida a la utilizada por los policías federales.
Los encargados de las pesquisas arrestaron a un periodista gráfico que presta sus servicios en una organización periodística capitalina. Es que tomaba fotos.
Ninguno de los pasajeros asaltados el 31 de octubre en la carretera Toluca-México ha ofrecido detalles sobre las características físicas del llamado justiciero anónimo.
Lo cierto es que la existencia de un vengador anónimo llamó la atención de una sociedad harta de la corrupción y agobiada por la inseguridad.
Ese vengador anónimo alimentó la esperanza de muchos mexicanos.
Hay quien desea que el vengador anónimo sea un personaje real para que actué en contra de tantísimo delincuente de cuello blanco.
Con ese invento la autoridad podría haberse dado un balazo en el pie.
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