Ruin

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Lunes, 12 de Octubre de 2015.
Ruin
Ubicado como un ejemplo inexplicable de una ruin codicia patológica, al empresario tijuanense Carlo Musquiz Dávila no le importa que su señora madre le implore literalmente “su compasión”.
Resulta incompresible que en medio del conflicto familiar disputado en los juzgados y ventilado en los medios de comunicación, Carlo Musquiz se revuelva en su negativa de regresarle a su propia madre los bienes que por derecho le corresponden.
Visiblemente lastimada por la insensata actitud de su hijo, la propia señora lo tacha de ratero. ¿Cómo entender que un hijo no quiere darle ni siquiera «su ropa y sus perritos»?
Y aunque se trata de un asunto evidentemente familiar, el conflicto Musquiz se transformó en público pues desde el exilio la señora Gloria Dávila viuda de Musquiz exhibe videos donde muestra su indignación, su desesperación y su desconcierto por la desmedida ambición de su hijo Carlo.
En el mas reciente mensaje enviado a través de la red, doña Gloria le pide a su hijo que «le regrese los bienes que le robó», aunque el mensaje toma un tono dramático al “implorarle” que le regrese sus perritos.
Hace casi 3 meses un tribunal colegiado dejó sin efecto la sentencia dictada por el juez Gustavo Adolfo Villarespe quien le otorgó a Carlo la posesión de toda la herencia materna.
En abierto contubernio con Carlo Musquiz resolvió que “la fortuna Musquiz quedaba en sus manos porque su madre (heredera universal de su fallecido esposo) no tenía la capacidad física ni mental para administrar los cientos de millones de dólares que valen los bienes.
Al declararla “loca”, doña Gloria quedaba bajo la custodia de Carlo. ¡Hágame favor! ¡Eso resolvió Villarespe!
Evidentemente alarmada por la ambición extrema de su hijo y el descarado contubernio del encargado de impartir justicia, doña Gloria huyó con su hija a quien, por cierto, Carlo acusó de secuestro.
Desde luego que Gloriela no ha sido detenida porque rescatar a su madre no puede ser acusada de secuestro.
El caso es que el Tribunal Colegiado ordenó que Carlo Musquiz regresara a su señora madre todos sus bienes, aunque el proceso judicial se ha empañado precisamente por su resistencia a cumplirlo.
A pesar que su finado esposo le dejó una incalculable fortuna, doña Gloria vive en la pobreza en una casa rentada en territorio norteamericano.
Sin embargo, su lucidez y determinación ya lograron que la justicia comience a reflejarse.
Alguien perfectamente enterado del tema revela un reciente detalle que resulta sencillamente desgarrador.
Hace unas semanas otro de sus hijos falleció en Tijuana a consecuencia de un paro cardiaco.
Ante las advertencias lanzadas por su hijo Carlo, doña Gloria no asistió al funeral de su hijo Raymundo lo cual puede considerarse inhumano.
Más allá del tema de su ropa y de los perritos, es inconcebible que haya impedido que su madre viniera al funeral de su hermano.
Alguien debe decir que la codicia de Carlo lo tiene ahora mismo en una difícil condición de salud, aunque ni siquiera eso le permite reconsiderar.
Mientras la señora Gloria luce sana a sus 87 años, los padecimientos se le echaron encima a su hijo Carlo aunque aun no rebasa los 50.
En la reciente cinta divulgada por doña Gloria, se da tiempo para criticar la labor del abogado que asesora a su hijo en su incompresible acción. Lejos de sugerirle un acuerdo que ampare a doña Gloria en el ocaso de su vida, pareciera que la consigna es aplastarla.
Ah, un detalle conmovedor es que –antes de morir– el esposo de doña Gloria le compró 2 pequeñas perritas que le servirían de compañía en su ausencia.
Carlo está enterado de la voluntad de su padre pero su ambición va mas allá de la fortuna en disputa. Los perritos y la ropa a su señora madre son parte del botín.
Radio
El periodista Fernando del Monte y el autor de Cicuta son mancuerna en Fórmula Tijuana, que se transmite de lunes a viernes a la una y media de la tarde por la frecuencia 950 de amplitud modulada, Radio Fórmula Tijuana.

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