Terrorismo / Amordazado

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Miércoles, 25 de Noviembre de 2015.
Terrorismo
Agobiados por el terrorismo que ejercen los «ejecutores» del IMSS en Tijuana, los empresarios que incumplieron el pago de sus cuotas, ahora temen perder hasta su bolígrafo «Bic».
Si se quedan encuerados ¿cómo le pagarían al IMSS?
Por instrucciones del jefe de «la oficina de cobro» de ese instituto en Tijuana, los ejecutores amenazan a los incumplidos con “embargar” los activos de su empresa, así sea la computadora, el escritorio, la silla o un simple lápiz.
¡Eso va contra la ley!
Los señores “visitadores» del Seguro Social recibieron la consigna de “amenazar” a los empleadores incumplidos para que acudan a las oficinas en Tijuana para que establezcan un acuerdo «en lo cortito». ¡Así lo plantean!
Aunque los ejecutores perciben un salario mensual de 14 mil pesos, su jefe inmediato les advierte que destituirá y denunciará a quien actúe por su cuenta.
El jefe de la oficina de cobros del IMSS en Tijuana es el chilango Juan Ignacio Ávila, personaje incondicional del también defeño Erick Montero Rodríguez, quien despacha (desde hace 14 meses) como subdelegado del IMSS en la zona Costa de Baja California.
Hace más de un año, Cicuta reveló detalles sobre el intempestivo arribo de Montero a la subdelegación del Seguro Social en Tijuana.
Se aludió que éste joven llegó a Tijuana por ser descendiente del extinto dirigente nacional en la CTM Leonardo Rodríguez Alcaine.
Al ser nieto de tal personaje, el joven Montero siente que trae “a Dios de las orejas”.
En la capital mexicana Montero despachó como secretario particular de diversos personajes públicos, situación que lo hace sentir muy orgulloso.
Y aunque en Tijuana su vida cambió radicalmente, el muchacho luchó incansablemente por olvidar la diversión capitalina. El acostumbra empujarse sus alipuses y sonreír rodeado de gratas compañías.
Más allá de las prácticas de diversión personal, llama la atención que los señores ejecutores sean presionados a acarrear víctimas hasta la oficina de su patrón Juanito Ávila.
Esos empleados confirmaron a Cicuta que la costumbre de Ávila es realizar “arreglos bajo la mesa” con los patrones incumplidos.
Por ejemplo, si ese empresario debe 1 millón de pesos, Ávila se porta generoso al proponerle un arreglo en lo económico de 500 mil pesos.
Ávila les dice que ese dinero se repartirá entre los jerarcas del IMSS, entre ellos el delegado, el subdelegado y su jefe inmediato (un tal Rubén).
Cierto que la versión revelada podría sonar ciertamente fantasiosa, aunque la coyuntura obliga al delegado Francisco Beltrones a realizar una minuciosa investigación para –en su caso—desbaratar esa red de corrupción.
Y aunque su perfil no se observa visible, la oleada de transas parece encabezada por el subdelegado Montero.
Juanito Ávila goza de toda la confianza del subdelegado Montero, pues lo trajo desde la Ciudad de México para enquistarlo en ese puesto.
Al llevarse de “piquete de ombligo” la lógica indica que más allá de amistad, la complicidad fortalece su relación.
Sobre los eventuales embargos que realizan algunos ejecutores del instituto, un abogado fiscalista asegura que la normatividad del Seguro Social prohíbe la incautación de bienes que representen un activo para las empresas deudoras.
En palabras sencillas, la ley no permite que el Seguro Social embargue mobiliario y equipo que utilizan las empresas para producir. Si no tienen ese equipo ¿con que diantres van a pagar sus adeudos al IMSS?
Amordazado
Respaldo incondicional al periodista mexicalense Jaime Delgado, quien el fin de semana recibió la notificación de un juez civil donde le prohíbe escribir “cualquier cosa” sobre la señora Sonia Guadalupe Carrillo Pérez, relacionada sentimentalmente con el alcalde de Mexicali Jaime Díaz Ochoa.
En su texto mas reciente Delgado alude a la señora Carrillo pero nunca la ubica por su nombre. Y es que el juzgador advierte que podría meterlo a la cárcel.
Al margen de la decisión tomada por el juez civil, llama la atención que la señora Sonia Carrillo, ponga en evidencia a su novio.
No se entiende que con toda su experiencia política Jaime Díaz “no asesore” a doña Sonia. O tal vez lo hace, pero la Carrillo no le hace caso. No lo pela.
Dicen que la señora Sonia es la que lleva los pantalones. Bueno, así se dice.

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