Bocón / Ruffo

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Lunes, 17 de Agosto de 2015.
Bocón
Atrincherado en la secretaría particular de la Secretaría de Planeación y Finanzas del Gobierno de Baja California, al licenciado Oscar Sánchez le vale verdura que la Contraloría Estatal lo investigue.
Don Óscar pregona –ante sus incondicionales– que el contralor Bladimiro Hernández responde a las órdenes de su jefe a Antonio Valladolid y que por lo tanto la supuesta investigación es puro cuento.
Como será de hablador que –don Oscar– ha dicho que ya «compró» a la prensa crítica que hace un mes denunció su participación en el engaño a Irma Garrido, candidata del Partido Humanista al Sexto Distrito electoral.
Acostumbrado a realizar trabajos de drenaje, Oscar Sánchez «se plantó» 2 días completos frente al domicilio de la candidata Irma Garrido.
La consigna era convencerla de sumarse a su contrincante panista María Luisa Sánchez.
Esta última es comadre del secretario de Planeación y Finanzas del Gobierno de Baja California Antonio Valladolid, quien justamente es patrón de Oscar Sánchez.
Sobre el acoso a Garrido, la persistente actitud de Sánchez tuvo éxito 4 días antes de la elección, luego de prometer colocarla en el organigrama gubernamental en el nivel de dirección en la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
Además de contratarla para un programa de Prevención del Delito, Sánchez González juró darle una serie de apoyos a una organización religiosa a la que pertenece, e incluso un préstamo por 175 mil pesos en efectivo que Garrido utilizaría para compensar el esfuerzo de su equipo de campaña.
Pasó el día de la elección y el señor Sánchez ni siquiera se dignaba a contestar el teléfono, lo que obligó a la señora Irma Garrido a sacar las uñas.
Vulnerada en su dignidad y aplastada en sus aspiraciones, Garrido acusó públicamente a Oscar Sánchez y a Víctor González, este último también colaborador cercano a Valladolid.
Hace justo 3 semanas, luego que Cicuta revelara la denuncia de Garrido, Oscar Sánchez, cacareó que el columnista no volvería a tocar el tema porque «ya le habían llegado al precio».
La propia Irma Garrido se mostró resignada al conocer que varios periodistas habían recibido algunas dádivas para desinflar la crítica contra los perversos funcionarios.
Resultaba lógico pensar que el poder había comprado la conciencia de algunos comunicadores. Al menos eso pretendían filtrar.
Cicuta refiere que Sánchez González es considerado por la militancia panista como un sujeto encargado de administrar la cochinada y por ello goza de la confianza del secretario Valladolid.
Se equivoca aquel que supone que Sánchez González es un improvisado, pues este hombre ya fungió como segundo de abordo de Antonio Valladolid a su paso por la delegación regional del Instituto Nacional de Migración (INM).
Durante esos 2 años, Sánchez despachó como subdirector de Control y Verificación Migratoria, una área encargada de evaluar e investigar la situación migratoria de los extranjeros que se encuentran en la zona de su competencia.
Lo mismo ordenaba operativos en sitios donde se sospechaba la presencia de extranjeros, que giraba instrucciones para comprobar la legalidad de los trámites que realizan los extranjeros en vías de regularizarse.
Igualmente podía ordenar “no mover un dedo” para evitar perjudicar a alguien previamente arreglado.
Justo en el periodo que Valladolid y su lacayo Sánchez despachaban en el INM, las autoridades estadunidenses detectaron un sospechoso incremento en el número de chinos que habían obtenido el aval de esa dependencia para regularizar su estancia en Baja California.
Hasta el más ingenuo sabe que la mayoría de los chinos que arriban a la frontera norte de México se deslizan a Estados Unidos. Por eso a los gringos les brincó la excesiva cantidad de chinitos.
Si esa dependencia avaló la legal estancia de 1000 chinos en dos años y cada asiático desembolsa individualmente 7 mil dólares para regularizar su estadía en Baja California, quiere decir que «alguien» se embolsó ¡siete millones de dólares en 24 meses!
De regreso al tema Sánchez, después de revelarse este escándalo, este hombre buscó contactar con el columnista pero su intención se truncó por compromisos médicos de Cicuta.
Perverso por naturaleza, Oscar Sánchez aprovechó la ausencia del columnista para pregonar que le había entregado dinero para acallar el ensordecedor ruido mediático.
Tan insolente sujeto dijo a un periodista que –a través de Cicuta– le había mandado un regalo a manera de agradecimiento por su apoyo. A don Oscar le salió mal su intriga. Cicuta ni siquiera estaba en la ciudad.
Ruffo
El senador Ernesto Ruffo Appel se vinculó con una diputada federal que compartió parte de su vida con un ex gobernador panista cuyas siglas son FG. Ricardo Anaya, virtual dirigente nacional colaboró con esta pareja y por ello goza de la simpatía de MT.
Por eso Ruffo apoyo a Ricardo Anaya y no a Javier Corral como se suponía. Es un asunto personal y por eso se plasman solo las siglas.

Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta jornadabc.mx


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