Caín

Cicuta

Por Jaime Flores Martínez

Miercoles, 14 de Septiembre de 2016.

Caín

Decidido a quedarse con la fortuna que construyó su finado padre, el empresario gasolinero Adrián Humberto Díaz Villalobos evidenció su codicia al contratar los servicios de un influyente abogado, hermano del actual secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.

Un empleado de la Procuraduría General de Justicia de Baja California (PGJE) reveló que hace 4 semanas el abogado Eduardo Osorio Chong irrumpió en la oficina de la procuradora Perla del Socorro Ibarra.

Con gritos y amenazas le ordenó alinearse a la estrategia que realizaría.

Acostumbrado a ese tipo de insolencias, el abogado Osorio Chong también alineó al presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJE) Jorge Armando Vázquez, quien también atendió instrucciones.

Eso explicaría el sorpresivo arresto de Jesús Díaz Villalobos realizado en Tijuana la última semana de agosto.

Como si estuvieran en territorio propio policías ministeriales de Chihuahua viajaron a Tijuana para cumplimentar una orden de aprehensión girada por un juez chihuahuense.

Sin que nadie se diera cuenta, esos policías aprehendieron a Jesús Díaz Villalobos (hermano menor) y se lo llevaron a Ciudad Juárez para que respondiera «por falsificar documentos».

¡Con ese pretexto Adrián encarceló a su hermano!

El pasado 26 de agosto, Cicuta se refirió a la tormentosa historia de los hermanos Díaz Villalobos.

Su fallecido padre, empresario dedicado a la venta de gasolina en Ciudad Juárez Chihuahua murió sin heredar su fortuna. Adrián Humberto, el hijo intermedio, tomó las riendas de la empresa, mientras Luis Carlos, su hermano mayor, se dedicaba estudiar.

 Jesús (el pequeño) apenas tenía apenas 10 años.

Con la visión empresarial (ese sí, heredada de su padre) el joven Adrián llegó a Baja California para acrecentar el número de expendios.

El número de gasolineras creció de manera impresionante y por ello Adrián consideró que la repartición de las ganancias ¡no tendría porque ser equitativa!

¿Por qué repartir a sus hermanos los frutos de su éxito?

El asunto es que –poco a poco– Adrián comenzó a apropiarse de la mayoría de las acciones. Intoxicado por la ambición simuló asambleas, falsificó firmas de sus hermanos y se apropió de toda la fortuna.

Hace unas cuatro semanas su hermano Jesús viajó a Tijuana para exigirle cuentas, aunque nunca espero que su hermano le tendría la cama tendida.

Policías chihuahuenses lo arrestaron, lo treparon a un avión y lo trasladaron a Ciudad Juárez Chihuahua. Ahí estuvo encarcelado por una semana, donde lo presionaron para que firmara el desistimiento y cediera su fortuna a su hermano Adrián.

El mayor Luis Carlos se trasladó a Tijuana para entrevistarse con su consanguíneo, pero Adrián ni siquiera lo recibió. ¿Temerá este último que le hagan efectiva la orden de presentación?

¡Se supone que el abogado Osorio ordenó suspenderla!

Pocas semanas antes el perverso Adrián prescindió de los servicios del abogado bajacaliforniano Oscar Téllez Ulloa y contrató el despacho de Eduardo Osorio Chong, hermano del secretario de gobernación.

¡invertir para no perder! ¡Adrián Díaz Villalobos no está dispuesto a compartir la fortuna familiar!

Cierto que en los primeros años recortó las utilidades a sus hermanos, aunque finalmente decidió quedarse con todo.

Mientras se ventila la ácida pugna familiar, el juez segundo de lo civil Carlos Alberto Ferré decidió colocar a un “administrador judicial” que –desde luego– no responde a ninguna de las partes involucradas.

Al sentir que se encontraba en desventaja, Adrián contrató los millonarios servicios del gritón Eduardo Osorio Chong.

Hay quien dice que el propio gobernador Francisco Vega de Lamadrid abrió la puerta para que Osorio regañara a la procuradora bajacaliforniana y utilizara al presidente del Tribunal como su chofer.

Mientras su influyente abogado sacaba su espada, Adrián Díaz ordenaba a sus empleados que engañaran a las despachadoras de las gasolineras Rendichicas (antes Rendílitros).

Ésos ejecutivos les dijeron a las muchachas que el juez segundo de lo civil Carlos Alberto Ferré pretendía despojarlas de su trabajo.

Alguien debe revelar que Adrián ni siquiera es responsable de las mujeres que laboran como despachadoras.  Resulta que el patrón directo de las Rendichicas es una empresa “Outsorcing” la misma que las contrata, les paga y las corre.

Claro que también se encarga de explotar a placer a las mujeres que, en su mayoría, son madres solteras y están esperanzadas a las propinas de los automovilistas.

El asunto de fondo es que más de 900 mujeres que se desempeñan como despachadoras, están atrapadas entre la pugna familiar existente; la manipulación del dueño de las empresas donde laboran y las influencias y gritos de un abogado que aproveche la coyuntura de ser hermano del secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.

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