Cicuta
Por Jaime Flores Martínez
Lunes, 20 de Junio de 2016.
Insolencia
Arropado en el azulado rebozo del Partido Acción Nacional (PAN) al consejero presidente del IEE Javier Garay Sánchez le vienen guangas las críticas derivadas de su pobre desempeño.
¡Le importa un pito que pongan el duda sus capacidades!
Y es que –al igual que la mayoría de los panistas— don Javier dice que en la elección realizada el domingo 5 «no hubo irregularidades».
Más allá de desestimar el “cochinero” observado por la generalidad, algunos blanquiazules rebasan los limites del cinismo al «invitar» a los perdedores a reconocer su derrota.
Como resulto ganador, el PAN es el único que no se refiere a la manifiesta incapacidad de Garay. ¡Claro, esta cobijado con el mismo trapo!
Si tomamos en cuenta que los blanquiazules arrasaron en la elección del primer domingo de mes, entonces se justifica el respaldo a Garay.
Pareciera que los panistas son los únicos que no observaron que un porcentaje importante de las casillas abrieron a destiempo y que el vendaval de sospechas llegó a los ojos de la mayoría con los primeros resultados que emitió el PREP.
A la mayoría le brincó que el Programa de Resultados Preliminares (PREP) refiriera el cómputo del 100 por ciento de las casillas.
Una gran cantidad de urnas ni siquiera se habian contabilizado pero el PREP ya ubicaba como ganador a Juan Manuel Gastelum candidato del PAN a la alcaldía de Tijuana.
Las evidentes irregularidades abrieron la puerta para que los partidos políticos pidieran el recuento de los votos. Con ello se evidenció la falta de capacitación de los funcionarios de casilla.
Mas allá de reconocer el rosario de errores el consejero presidente del Instituto Estatal Electoral (IEE) Javier Garay salió a decir que no habían irregularidades.
¿Entonces porque debieron recontarse el 60 por ciento de los paquetes electorales?
¿Por qué cinco partidos políticos exigen la anulación de la elección?
Apenas la semana pasada de dirigencia panista y el propio gobernador salieron a sugerirle a los partidos perdedores que lo reconocieran.
Lejos de observarse como una invitación sensata, los bajacalifornianos lo entendieron como un respaldo evidente a la pírrica labor de Garay Sánchez.
Integrantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), impulsores de Garay como presidente del Consejo Electoral repudian la traicionera actitud de Garay.
Muy pocos saben que “los verdes” apuntalaron a Garay aunque –por lo visto– los intereses lo arrastraron a cobijarse bajo el reboso panista.
¿Acaso será que Garay aprovecha estar emparentado con el secretario de Turismo del Estado Oscar Escobedo Carignan? ¡Escobedo es compadre del gobernador Vega!
Desde principios de este año el columnista se refirió la estrecha relación entre el gobierno panista de Baja California y la autoridad electoral local.
Cicuta criticó la petición de los consejeros electorales de incrementarse el salario de manera desproporcionada.
Si los consejeros tendrían menos trabajo (porque el INE absorbió responsabilidades) no se justificaba que ganaran más.
Aún así el señor Garay gana110 mil pesotes, mientras los consejeros perciben poquito menos.
Vale la pena destacar que –de los 7 consejeros electorales–, al menos cuatro simpatizan con el PAN. Si sumamos los interese de Garay, entonces serían 5 de 7 con tendencia panista.
Ciudadanos medianamente observadores están desconcertados porque Garay practica la costumbre de la Avestruz. Don Javier prefiere carcajearse de las críticas y mantenerse encerrado en su oficina.
Don Javier esta bien con Dios ¿para que demonios justificarse con los santitos?
Y no se trata de poner en duda la voluntad de la mayoría de los bajacalifornianos que emitieron su sufragio. El Partido Acción Nacional gobernará a poco más del 70 por ciento de la población bajacaliforniana.
El tema de fondo es apuntar la madeja de intereses que envuelve a los integrantes del Instituto electoral de Baja California, especialmente de su consejero presidente.
Mal actuaron “los verdes” al respaldar su ascenso pues Garay Sánchez dejó de vender cocinas para irse a cobijar con el PAN.
La semana pasada, un periodista radiofónico hizo una reflexión sobre la visión de la sociedad.
Si la gente no le tiene confianza a los partidos políticos, es más grave que ahora tampoco confíen en la autoridad electoral.
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