Cicuta
Jaime Flores Martínez
Patitas
Orgulloso de preservar el apelativo que orgullosamente porta su señor padre, el abogado Juan Manuel Gastélum Rivera hace gala de su apodo al tratar a sus empleados con las patas. Pareciera que el joven Gastélum ignora el comportamiento básico de un servidor público y supone que la gente debe ponérsele de tapete. Y es que desde su nombramiento como titular de la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios ( Cofepris) en Tijuana, el Patitas se ha convertido en el terror de los empleados de esa dependencia por sus arranques de neurosis que lo empujan a tomar decisiones radicales.
Apenas la semana pasada el Patitas corrió a una mujer embarazada porque le incomodaron sus inasistencias. Para saciar sus frustraciones y ventilar sus trastornos emocionales este funcionario también despidió al marido de la embarazada porque se atrevió a intentar justificarla.
La mayoría de los empleados de la Cofepris-Tijuana aseguran que más allá del injustificado maltrato que reciben, el Patitas es un perfecto ignorante de la operación de una instancia encargada de velar por la seguridad y la salud de los habitantes de Tijuana.
Además de su desinterés por conocer los objetivos de la Cofepris, este hombre dedica su tiempo a evidenciar su misoginia (solo hacia las menos agraciadas) y fastidiarle la existencia a las tres decenas de empleados que laboran en esa dependencia.
Hace un par de semanas el arrogante Patitas ordenó a uno de los trabajadores repararle las persianas de su privado porque no soportaba ver las cortinas chimuelas. El asunto es que el empleado en cuestión, es un profesionista encargado del área de sistemas. A Gastélum no le importo su nivel, al entregarle un trato humillante.
Recientemente, el Patitas decidió modificar unilateralmente el horario de trabajo porque “no soporta el olor a comida” que emana del comedor de los trabajadores. Ahora –si la tripa les aprieta— deben salir a las 2 de la tarde a comerse su torta sentados en la banqueta porque al señor no tolera el apeste.
La impresión generalizada es que -a sus 31 años– Gastélum Rivera nunca ha observado el comportamiento de su padre el diputado federal panista Juan Manuel Gastélum Buenrostro, a quien sus amigos identifican cariñosamente como el Patas.
Se supone que (como la mayoría de los padres de familia), el Patas decidió impulsar a su vástago para que aprendiera a ganarse el dinero con el sudor de la frente. Como sucede en las mejores familias, generalmente existe «un bueno para nada» que siente merecerlo todo.
Aunque los empleados no tienen la certeza, el sentido común les indica que el diputado Gastélum debió pedirle a su amigo Leopoldo Jiménez Sánchez, director de Cofepris en Baja California, integrar a su “chilpayate” a la nómina de la dependencia aunque la petición incluía ubicarlo como jefe.
La añeja relación de amistad entre Gastélum Buenrostro y Jiménez Sánchez, impulsó al arrogante Patitas a hacer sus “pininos” en tan importante dependencia. ¿No debió el diputado Gastélum orientar a su hijo para ofrecer el comportamiento cordial y respetuoso que debe entregar cualquier servidor público?
Ciudadanos que últimamente han visitado la Cofepris Tijuana, afirman que allí no huele a comida aunque perciben un ligero aroma a Patas.
Patán
Tan sobrada es la arrogancia del regidor panista Luis García López que hasta presume que manipula a placer al alcalde de Tijuana Jorge Astiazarán. Al asumirse como un experto en la política, tan rechoncho personaje asegura que –antes de tomar cualquier decisión—el alcalde le consulta. ¿Tan sabio será el tipo?
Como una prueba de su dicho el regidor subraya que se ha convertido en su sombra, pues Astiazarán le pide acompañarlo en prácticamente cualquier evento. Tan mareado anda Luis García que ni siquiera su hermano Máximo se salva de sus arranques de arrogancia. Luisito quiere fanfarrias porque cobijó a su hermano Max, quien la legislatura pasada despachó como diputado.
Panistas de Tijuana consultados por Cicuta, aseguran que el regidor García aprovecha cualquier coyuntura para tronar contra los blanquiazules que se atreven a cuestionar su servilismo con el priista Astiazarán.
Ah, por cierto, la semana pasada Luis García conoció que Cicuta investigaba la relación de negocios que tenía con el extinto director del IMDET Arturo Hacho Kaloyan, ejecutado hace tres semanas muy cerca de su domicilio. El interés del columnista provocó en García un arranque de furia.
El mensaje fue el siguiente: Dice Luis García que “no tiene necesidad de tener socios, pues él tiene sus propios negocios”. Seguro Luisito se refiere a un restaurante siempre vacío ubicado en Lomas de Agua Caliente que cumple el papel de «búnker» a los consanguíneos García.
A este hombre ya se olvidó de sus orígenes en el gobierno municipal de Francisco Vega hace más de una década. Aquella sencillez se transformó en arrogancia, altivez y presunción. Ahora se siente poderoso y se dice rico. ¿Dinero bien habido?
Boludo
En las próximas horas se hará oficial la salida de Daniel Romero Mejía de la Delegación Municipal del Centro de Tijuana, aunque no se ha filtrado quien podría ser su sustituto. Daniel Romero viajará a Argentina para incorporarse al equipo de trabajo del embajador Fernando Castro Trenti. Sus amigos ya le llaman ”che Daniel”.
Cicuta.com.mx twitter: @cicutajaime
Lunes 13 de Enero de 2014.
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