INTRIGAS.
TERMINACION DE TEMPORADA… EN CUANTO A LA TELENOVELA
Fin o terminación de temporada… en cuanto a la telenovela cuyos actores principales fueron Jorge Astiazarán Orcí, Bernardo Padilla Muñoz y Arturo Ledesma Romo, alcalde, secretario general y sindico procurador, respectivamente. Estos personajes se mostraron como lo que son, folclóricos y malandros a más no poder. Con un final de impunidad insultante.
Dentro de las artes desarrolladas, por no decir delitos –reales o presuntos-, están la extorsión, el cohecho, la calumnia, el abuso de autoridad, el ejercicio indebido de funciones, sin poder faltar delitos de índole electoral… y lo que se acumule. Con un Astiazarán Orcí, al que según todo parece, le encanta hablar de más, sobretodo el temas en que más tarde reculara.
Como ejemplo tenemos los enfrentamientos, tanto con su antecesor en el cargo, “el bucólico vejete” Carlos Walterio Bustamiente, como con el actual sinico procurador Arturo “el prozac” Ledesma Romo, en los cuales de una forma u otra, reculo después de que salieran a relucir indicios de financiamiento por parte de la pasada administración hacia diversas campañas políticas, incluyendo la del actual alcalde.
A Carlos Walterio Bustamiente, lo acuso de diversas y notorias irregularidades, en las que por cierto se quedo corto, pero cuando Bustamiente salio a defenderse públicamente, Astiazarán en forma por demás miedosa y medrosa, salio a decir públicamente que no quería pleitos, y según parece, que cada quien lo suyo. Es decir impunidad total para los saqueadores del tesoro público. Ni que decir que huele a negociación en lo oscurito.
En cuanto a Arturo “el prozac” Ledesma Romo, de extorsionador y otros delitos no lo bajo, pero cuando alguien le pregunto si pondría la respectiva denuncia, se le acabo el protagonismo y el civismo, y dijo terminantemente que no, que esto se tendría que seguir de oficio por parte de la autoridad responsable. Ya que el es autoridad irresponsable. Ni que decir que apesta a negociación en lo oscurito.
Lo curioso, es que el doctor Astiazarán se ofendiera ante la real o supuesta exigencia del cincuenta por ciento de lo recaudado por actos de corrupción o extras, como usted guste llamarlo. Cifra que el propio alcalde, fijo en ochenta millones de dólares, sin especificar cada cuanto periodo de tiempo. La cuestión es que si no hubiera corrupción, la mitad de cero… seria cero. Y no habría porque pelearse, menos ofenderse. Otra situación anómala, es que no comento nada hasta casi después de tres meses de darse el posible acto de extorsión, y probablemente nunca lo hubiera sacado a colación, sino le suspenden a uno de sus “hijos putativos”.
Hay que recordar que el acalde siempre reconoció no tener pruebas de sus dichos, pero creído y/o engreído de su persona, presume de que con su sola palabra como prenda es más que suficiente. Conste que creo que el doctor, es un hombre de buena fe, así como excelente persona, pero de ahí a confiar solo en su palabra, es un gran trecho. Hasta creyendo en la palabra de Astiazarán, puede ser solo la percepción que tiene de los hechos, y no la realidad. Menos si la información le llego por medio de terceros, los cuales pueden tener su propio “interé$” en la situación.
El ayuntamiento, no ha aclarado la acusación de las firmas falsas en la licitación de las obras de reconstrucción con concreto asfáltico de la calle segunda, desde el Panteón Jardín hasta la calle Miguel F. Martínez, y de esta ultima hasta su entronque o confluencia con la Avenida Internacional / Vía Rápida. A esto, los funcionarios de la secretaria de desarrollo urbano y ecología municipal, solo lo denominan detalles técnicos. Que tal si fueran ilegalidades?
Lo más que ha llegado a decir Roberto Sánchez Martínez, titular de la dependencia, es que si la información incorrecta –que aquí seria falsa, no incorrecta-, la responsable seria la empresa que entrego dicha documentación, no los funcionarios que la recibieron y validaron. A eso se le llama una mezcla de ineptitud, contubernio y valemadrismo. Que alguien le avise a este funcionario, que la falsificación de firmas no es un delito menor… menos una falta como el la considera. También que alguien lo instruya, ya que su desconocimientos de las leyes, reglamentos y normatividad, son notorios, que las irregularidades y delitos pueden ser por omisión o comisión, pero que las penalidades son las mismas.
El chiste es que después de jurar y perjurar el sinico procurador, que contaba con elementos suficientes para demostrar las irregularidades e ilegalidades del personal de la dirección de obras e infraestructura municipal, lo que lleno a la suspensión de la directora y el subdirector de la misma, para que después de hacerse públicos los escándalos, ser restituidos sin explicación alguna. Veremos que pasa, si como casi siempre acontece, las obras no tienen ni las características, ni la calidad requeridas. Lo más seguro es que como siempre… no pase nada, salvo el disfrute de los “agradecimiento$” recibidos.
Como todo en este país, si quieres que algo no se resuelva, crea una comisión. Y eso fue lo que hizo el alcalde tijuanense, quien ordeno a sus empleados, los “alfombritas” levanta dedos” que se hacen llamar regidores, crear una comisión para investigar el escándalo de moda. Lo que por cierto muchos denominan: la iglesia en manos de Lutero. Ya que quienes conocen de estos temas, refieren que en el cabildo se encuentran acumulados una buena cantidad de centenas de cárcel. Es decir que hay unos cuantos “pillos” disfrutando del erario público. Por eso estamos como estamos.
Mientras esto acontece, Carlos Walterio Bustamiente y pandilla –otros dirían: pandilleros- que lo acompañaron, están felices y tranquilos, disfrutando lo mal habido.
Los escándalos son lo único que se escucha de esta prácticamente inexistente e inoperante administración. Nada de denuncias y acciones punitivas contra los latrocinios del pasado, ni del alcalde, menos del sinico procurador.
Siguen las mismas ineptitudes en seguridad pública, vialidad y transporte, obra pública, reglamentos y demás. Ni que decir del paisaje lunar que asemeja esta ciudad, ya que prácticamente no hay calle sin cráteres. No hay obra pública pública por ninguna parte. Las inundaciones se siguen dando en las mismas vialidades y sitios de siempre cada vez que llueve, como quedo demostrado con las lluvias de la semana pasada. El mal estado de las vialidades que las dos ultimas administraciones cubrieron con concreto hidráulico, y que supuestamente durarían treinta años en perfecto estado, y que resulto solamente el diez por ciento, es decir solo duraron en un estado aceptable, tres años, sin que se tomaran las medidas correspondientes contra el proveedor. No se diga de las famosas luminarias, negocio emblemático de la corrupción de Walterio Bustamiente. Nada del millonario pago y compromiso a futuro, por las no menos famosas cámaras para multar conductores. Menos del dinero supuestamente invertido en la disque ruta troncal, la estancia municipal de infractores, los migrantes de la canalización del Río Tijuana, el SUBSEMUN en general, es decir millones de pesos, que bien a bien, no se saben donde quedaron. O si se sabe, pero no se quiere proceder.
Mientras la danza de los millones… y de las irregularidades, sigue hasta el infinito, el alcalde y el sinico procurador, acompañados de sus principales compinches, siguen rasguñándose. Buena fama para Tijuana, como tierra de oportunidades… para los pillos y malandros.
LUCIMIENTO CON DINERO AJENO
Nadie duda que el doctor Jorge Astiazarán sea un “enamorado” de la Cruz Roja, pero de eso a financiarla con dinero público debería de haber una sana distancia.
Casi nadie esta en contra de realizar, o de que se realicen donativos para la benemérita institución, pero el lucimiento debe ser personal, no con dinero ajeno, como fue el caso del alcalde tijuanense.
En el arranque de la colecta anual de Cruz Roja, el ayuntamiento anuncio una donación de millón y medio de pesos, así como de una ambulancia modelo 2014, lo que daría una cifra superior a los dos millones de pesos.
Con el descaro acostumbrado en los funcionarios públicos, Bernardo Padilla Muñoz, quien hizo el anuncio a nombre del alcalde, dijo que la citada donación se efectúo a “nombre de los tijuanenses”. Como si estos “pillos” tomaran en cuenta a la población para tomar las decisiones. Esto podría y debería ser considerado “peculado”, ya que es una utilización irregular, por no decir ilegal de los dineros públicos. Pero como un escándalo más, no afectaría la imagen de “chiquero” del municipio, al contrario la ratificaría, que más da.
Padilla Muñoz, rollero y “mentirosillo” como es, saco de su ronco pecho “la entrega es una clara muestra de solidaridad y humanismo que todos los tijuanenses debemos tener con la institución, ya que se ha comprometido a auxiliar a cualquier persona que se encuentre en situación de riesgo, sin hacer distinciones de ningún tipo, ni realizar cobros por los servicios». En serio no realizan cobros?
También se anuncio “la formalización de un convenio entre el Ayuntamiento y la Cruz Roja para recaudar fondos a través del pago del impuesto predial”. Si es cierto que se esta “formalizando”, quiere decir que desde hace años nos lo están cobrando de manera irregular.
A este enredo le entro la “tapetito”… digo regidora, Irma Salgado González, que como gran parte de quienes están en la función pública, en este caso a municipal, se enredan con su propia lengua. En unos cuantos renglones, tenemos dos claros ejemplos.
Salgado González, aclaró “que el ciudadano que no quiera pagar puede pedir que se elimine la donación cuando acuda a la oficina recaudadora a efectuar su pago”. Lo que no dice, es que le apuestan a que muchos no se dan cuenta de dicho cargo, o no saben que es optativo, o les da pena negarse públicamente, o si lo hacen por medios electrónicos no tienen la opción.
Insisto, no es nada contra la institución, simplemente es la “brumosa” forma en que actúan los funcionarios. Llamo la atención que en el citado anuncio, quien recibe el cheque para la foto, es la botarga del equipo local de futbol de los xolos. Será mensaje de que estos funcionarios abrevan en el hipódromo. Ratificando la leyenda urbana, de ser empleados del ingeniero.
El alcalde Jorge Astiazarán Orcí, no ha entendido, ni al parecer entenderá, ya le hizo suficiente daño a la ciudad al llevarse a una buena cantidad de sus achichincles de esa institución al ayuntamiento. Empezando por el inepto de Alejandro Lares Valladares, mejor conocido por el “dandi de aquí cerquita”, el cual divide su tiempo entre “tirara carita” y hacerle la barba a sus “patrones” de allende la frontera.
Por cierto, en los primeros días de su administración, Astiazarán Orcí, presumió que Lares Valladares, había terminado –no entendí si la carrera, o a la carrera- la licenciatura de derecho, y si no mal recuerdo, hasta el octavo semestre de medicina. Como Abogado nunca ha ejercido, y es notorio que paso de “noche” por la facultad. En cuanto a los ocho semestres de medicina, el doctor Astiazarán, debería hacernos el favor a los tijuanenses, de patrocinarle a Alejandro Lares, la terminación de dicha carrera, y reintegrarlo a la Cruz Roja. Tijuana le quedaría eternamente agradecida.
Jorge Astiazarán, tiene una situación financiera desahogada, es socio en importantes empresas regionales, por lo que si quiere hacer donaciones, esta en todo su derecho, pero con su patrimonio, no como en la presente situación, que utilizo el erario público. Señor Astiazarán, lo que hizo fue un abuso y una ilegalidad. Sin llegar a los groseros y grotescos despilfarros e ilegalidades de sus antecesores, parece que ya le esta empezando a tomar el gusto a poder hacer lo que se “le de su refregada gana”. Así sea ilegal.
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INTRIGAS: Escrito por Ricardo Madrigal. Martes, 11 de Marzo de 2014.
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