INTRIGAS.
Y SIGUE LA MATA DANDO
Las evidencias están a la orden del día, la mancuerna en la seguridad o inseguridad pública municipal es sinónimo de negocios y corrupción… y por lo tanto, de fraude contra el patrimonio y los intereses ciudadanos. Pero el alcalde… bien gracias, mientras los del desmán sean “hijos putativos” o “tontos”, no pasa nada, el ayuntamiento aguanta eso y más.
Mientras Tijuana esta en la nada “honrosa” lista de las nueve ciudades mexicanas, que están entre las 50 más violentas a nivel mundial, su alcalde Jorge Astiazarán Orcí, extiende su manto protector a los ineptos titulares de la secretaria de seguridad pública Alejandro Lares Valladares, y al director de la policía Reyes Montilla López.
Hace una semana, en este espacio se publico la columna titulada “malas costumbres”, que cuenta la historia que circula en los corrillos, referente a una irregularidad e ilegalidad cometida por el actual secretario, cuando en la administración pasada, ostentaba el cargo de titular de “enlace” con las corporaciones policíacas del vecino país del norte.
Resulta, que según se comenta en los pasillos de la institución, los compromisos de los involucrados se han multiplicado en la presente administración municipal. Como dicen que los famosos “alcoholímetros” son un gran negocio, decidieron reforzar el “equipo”, nombrando como coadyuvantes a los recientemente destituidos jefe y subjefe de transito municipal –los conocidos moto ratones-, Raúl Malandroz Malandroz y Alberto Salazar Serrano,respectivamente.
Estos personajes, famosos en el ámbito policial por su capacidad para recaudar… y “salpicar”, quedan bajo las ordenes de su “compadrito” y viejo lobo en esos menesteres de la “recaudación”, Alfonso Molina Patiño. Recordemos que hace pocos días, el ayuntamiento de Tijuana hizo público la remoción de Malandroz y Salazar, según informaron, por una serie denuncias públicas de “cochupos” de estos personajes.
Aunque se comento y publico, que fue un cese fulminante ordenado desde la principal oficina del ayuntamiento, ya que presuntamente “cobraban” cuotas a transportistas, repartidores de empresas, “atracaban” particulares –incluyendo turistas-, y demás, resulto que una vez más, los “mandones” de seguridad pública municipal, no “pelaron” a su jefe, y decidieron proteger al par de pillos que tantos biene$ les han proporcionado.
Otra situación que causa extrañeza, es que la de alcoholímetros es la única área de la municipalidad que no ha tenido necesidad de solicitar documentación membretada de la actual administración. Alguien se ha atrevido a decir, que esto se debe a que su titular, mando a imprimir su “propia” papelería. Al fin que el negocio deja para eso y más.
Pareciera que Lares Valladares y Montilla López, quieren emular a sus antecesores en el cargo, el “innombrable, impresentable y locuaz jefe gorgori”, Chucho Alberto Capella Ibarra, y su fiel escudero Javier Viruete Munguía, también conocidos como los dueños del circo de “Virueta y Capellina”, los cuales se retiraron de sus cargos con una situación económica más que desahogada. Y los actuales, ya se aprendieron el caminito.
También hay que recordar que Alberto Salazar, esta inmiscuido en el encanalo de la aparición “estelar” de su junior, en las redes sociales, disfrazo de policía, utilizando el equipamiento oficial de esto, patrulla incluida. Sin que hasta el momento, los disque mandos de la corporación, tomen cartas en el asunto. Menos medidas punitivas, como corresponde, y lo marca la normatividad. Nadie cree que la “protección” e impunidad otorgada, sea de “ha gratis”.
Dicen los seguidores de la farándula, que en los últimos trienios, las administraciones municipales han sido semilleros de la artisteada, aunque sea en su versión cómica-terrorífica. Empezó en tambito que se creía rambito; le siguió el tenebroso Payazola; regresando el tambito con dos nuevos personajes, el de jefe Gorgory, y el circo de Viruete y Capellina, los cuales por cierto están dando pena ajena en su gira por el estado de Morelos; y en la actualidad tenemos al gordo Molina y al Cochiloco. Lastima que no causen mucha gracia que digamos entre la ciudadanía.
Mientras el alcalde permite, y hasta pareciera que apoya estas “fechorías” de sus empleados, los empresarios piden reducir índices delictivos. Tras un inicio de trienio violento, en las que cada vez se registran más muertes violentas cada semana, no se diga el incremento de robos, llámese a casa habitación, a transeúntes, comercios, de vehículos, todos ellos con y sin violencia, secuestros, levantones y privaciones ilegales de la libertad –como los quiera denominar la autoridad, para no engrosar los primeros-, extorsiones, y demás.
Eso de desarrollar estrategias de seguridad, y abatir los índices delictivos, como que a los actuales funcionarios nada más no se les da. Lo suyo, lo suyo, lo suyo, es posar para la foto… y los “bisne$”. Mientras, el asunto de la seguridad se les sigue descomponiendo, con los delitos de todo tipo en aumento, las autoridades no reconocen el “problema”… por no decir la realidad, menos solución alguna a la vista. La capacidad no se les ve por ningún lado.
Mientras, con la falta de vergüenza que lo caracteriza, Lares Valladares, se atreve a afirmar que los robos a casa habitación disminuyeron, y que aumentaron la recuperación de autos. Con lo que aparte de inepto, todo indica que vive en “otra” realidad. A no ser que se refiera que en su casa no sufren robos.
Habría que preguntarle a este presumido y prepotente funcionario, que ha realizado la corporación a su mando(?) para evitar o de perdida controlar, el robo de cableado eléctrico y de piezas metálicas con fines de venta para reciclaje, y que según se comenta, muchas veces es cambiado por dosis de droga, en ese tipo de negocios. Este tipo de delitos, pega por igual a civiles, comerciantes, y hasta autoridades, ya que estas ultimas han sido victimas de robo de cableado en vialidades y de equipamiento urbano, como es entre otros, las tapas del drenaje. Pero como no sienten el robo en sus bolsillos, ya que sale del erario público, no hacen gran cosa por evitarlo. No importa que a causa de este tipo de robos se susciten accidentes y daños a los vehículos y propiedades de los ciudadanos. O será como se rumorea, que la falta de acción, se debe en mayor parte, al “agradecimiento” que reciben muchos oficiales y sus respectivos mandos. Los lentes de marca salen muy caros.
Todo esto acontece mientras la corrupción carcome a los cuerpos policíacos, ya que están acostumbrados a que se presentan pocas denuncias en su contra, en relación contra las irregularidades e ilícitos que estos malos elementos cometen, ya que estas no son atendidas por la autoridad responsable(?), y en muchas ocasiones los denunciantes son amenazados por estos malos elementos, así como por sus compañeros.
Alejandro Lares Valladares ha demostrado –con creces- la incapacidad que todo mundo le pronosticaba, por lo que el ambiente de violencia amenaza con seguir creciendo. Ha quedado probado, que no tiene la menor idea de las acciones estratégicas que se requieren para combatir la delincuencia. O nombrando en cargos superiores de la dependencia, a “chamacas de buen ver”, que son cercanas a sus “afectos”. SE nota que es fiel alumno de Capella.
Todo lo anterior nos indica que el discurso del alcalde Jorge Astiazarán Orcí, referente a poner en orden la casa, y aplicar todo peso de la ley contra los corruptos, es puro cuento. O solo se aplicara a todos aquellos que no sean cercanos a sus afectos, ni a los que sean cercanos a estos.
El que dice no ser político, resulto más rollero que estos, y con su dicho de que la corrupción será acotada y reducida, es solo una más de tantas promesas incumplidas. Solo se la pasa quejándose, de que todas las críticas por su desastrosa administración, son descalificaciones de sus “contrarios” políticos, envidiosos y malquerientes. Si, como no. Desde que se inventaron las excusas, se acabaron los pen… itentes.
Corren las apuestas, de que los despidos anunciados hace unos días, tanto por incapaces como por corruptos, no se contemplan ninguno de sus “hijos tontos o putativos”, incluyendo a Lares, ya que estos tienen toda su protección. Solo serán corridos unos cuantos pececitos o charales. Y los que sean por corrupción solo tendrán como castigo el despido, ya que proceder con las denuncias, tanto administrativas como penales –como marca la ley-, esta fuera de las intenciones y comprensiones del alcalde. Ya que como suele presumir, el hace las denuncias ante los medios de comunicación, y las autoridades tienen la obligación de darle seguimiento a sus rollos públicos. A ese grado llega su ego y engreimiento.
Del cínico… o síndico procurador, Arturo Ledesma, mejor ni hablar, desde que lo “madreo” y “capo” el alcalde, en el pleito por los dineros que deja la corrupción, no se ha vuelto a saber nada de el. Salvo salir en algunos eventos, de “la manita” con su ahora “compa”, el secretario general de Gobierno, Bernardo Padilla Muñoz, recibiendo “línea”, no tiene más apariciones publicas, menos declaraciones. Por lo que los pillos del pasado y del presente pueden estar tranquilos, ni quien los moleste. Hay dependencias, que lo mejor seria desaparecerlas, solo son una carga para el erario… y por lo tanto, para el pueblo.
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INTRIGAS: Escrito por Ricardo Madrigal. Martes, 01 de Abril de 2014.
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