Alaverno

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Lunes, 10 de Agosto de 2015.
Alaverno
Practicante de las turbias estrategias que aprendió en la Universidad del Averno, el diputado priísta René Mendivil Acosta se ha dedicado a conseguir el mayor número de espacios dentro del sector público.
En otras palabras, el coordinador de la bancada priísta en el Congreso del Estado se ha convertido en una especie de agencia de colocaciones que servirá para satisfacer sus ambiciones políticas. Al menos eso cree.
Muy pocos saben que el diputado René Mendivil controla a placer la nueva Comisión de Derechos Humanos de Baja California (CEDH).
Fue Mendivil quien maniobró entre sus compañeros diputados para lograr el ascenso de la actual titular del organismo Melba Adriana Olvera.
Hace unos días Cicuta adelantó que fue Mendivil quien enquistó al ex oficial mayor del gobierno del priista Carlos Bustamante Anchondo como el nuevo director administrativo de la Comisión de Derechos Humanos Armando Franco Bustos.
Este hombre encabezó la transición de la anterior Procuraduría de Derechos Humanos a la nueva comisión.
Desde ese momento, hasta la fecha, don Armando se desempeña como director administrativo aunque carece de nombramiento.
El columnista ya refirió que Franco Bustos fue el encargado de despedir a cuatro empleados de primer nivel del organismo sin tener la representación legal. Aunque carece de nombramiento, Franco corrió el director administrativo, al contador general, a su auxiliar y a la encargada de recursos humanos.
Lo peor del caso es que a todos los despidió sin entregarles el finiquito correspondiente. “Es que no hay dinero”, «ahí después» les dijo el insensato. ¿Y si fuera él?
Es un hecho que Melba Olvera intenta proyectar un control inexistente. Todos los empleados observan que esta mujer atiende a detalle las instrucciones que gira Mendivil a través del señor Franco.
No hay detalle que suceda en la Comisión que no sea inmediatamente informado por Armando Franco al diputado Mendivil.
Trátese de datos duros o simples chismes, los mensajes del WhatsApp llegan inmediatamente al señor Mendivil.
Ocho días después del despido de los cuatro empleados de nivel, algunos empleados se mostraron sorprendidos con la renuncia de un personaje considerado de todas las confianzas de la nueva comisionada.
Se trata de Aleksi Asatashvili, un chilango sangrón de origen ruso que –ambicioso– aceptó la invitación de Melba.
El “ruso chilango” no esperaba encontrarse con una montaña de carencias y dos de absurdas intrigas.
Aleksi laboraba junto a Melba Olvera en la CNDH en la Ciudad de México y como en este caso se trató de una «renuncia» don Armando Franco ni siquiera intervino.
Y bueno, ante la salida de Aleksi (propietario del picaporte de la oficina de Melba, siempre cerrada), esta última colocó al joven Miguel Mora Marrufo, a quien se considera patrimonio de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El joven Mora ingresó a ese organismo en los tiempos de Heriberto García, donde se desempeño como su secretario particular. El mismo puesto ocupó durante la primera etapa de la administración de Arnulfo de León Lavenant, quien decidió correrlo porque no le aguantaba el ritmo.
Nada como evitar la fatiga.
Entonces Miguelito decidió refugiarse en la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la capital mexicana bajo el mando de Raúl Plasencia. Al concluir la gestión de este último, Miguel Mora se quedó sin trabajo y decidió regresarse a Tijuana.
Por algunas influencias de apellido Mendivil, Miguel Mora fue re-contratado por De León Lavenant y heredado a Melba Olvera.
Ahora, ante la salida de Aleksi, el joven Mora ocupará el nivel de sub procurador, aunque nadie garantizaría un mediano desempeño.
Por cierto las instalaciones de la CEDH fueron removidas porque el dueño del inmueble que ocupaban decidió subirles la renta de 50 a 60 mil pesos mensuales.
Con tal de ahorrarse dinero que no tienen, la señora Melba Olvera decidió mudarse a un espacio más pequeño pero más económico. Allí están tan apretados que la señora Olvera decidió trasladar dos de las cuatro visitadurías. Una se irá a Rosarito y otra a Tecate.
Seguro que la señora Melba se encuentra arrepentida de haber arribado a la titularidad de la CEDH. Nunca esperó encontrarse atrapada en un nido de víboras que además debe darles de comer.
Doña Melba está tan agobiada por los problemas que enfrenta que le cuesta trabajo realizar una labor en defensa de los derechos humanos. Hasta pareciera especialista en violentar los derechos laborales de sus propios empleados. A lo mejor son instrucciones de René Mendivil
Ah, un dato adicional: La comisionada Olvera se revuelve en su intención de contar con los espacios necesarios para cumplir con los compromisos establecidos con los diputados que avalaron su ascenso.
Más allá de eso, también tiene otros compromisos.
Hace unos días ingresó al organismo José Bruno Melo, médico de profesión, aunque absoluto desconocedor del tema de derechos humanos.
El doctor Bruno Melo estaba desempleado. Ahora, muy sentadito, espera una plaza en la CEDH. Este hombre es recomendado del diputado federal panista Máximo García.

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