Poca / Cinismo

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Lunes, 24 de Agosto de 2015.
Poca
Aterrados por el enésimo apagón durante la realización de su hemodiálisis, aquellos pacientes sintieron la presencia de la muerte.
Si bien la Clínica del Riñón de Tijuana es para ellos una ventana hacia su bienestar, también es cierto que los intermitentes apagones suspenden la operación de los aparatos que realizan la purificación de su sangre.
En otras palabras, el corte de energía eléctrica provoca que los aparatos se apaguen y con ello la sangre deja de circular: Eso aumenta el riesgo de perder la vida.
Y es que los propios pacientes afirman alarmados que dicha clínica no cuenta con una subestación que garantice la continuidad en la atención que reciben personas con enfermedades renales.
Una de las personas que padecieron el apagón del pasado viernes, se muestra alarmada al conocer que ese sitio no cuenta con la capacidad eléctrica que requiere el equipo utilizado para la hemodiálisis.
En ese sitio se puede aplicar la hemodiálisis a cuatro pacientes simultáneamente.
Si en esa clínica la tarifa promedio es de mil 200 pesos por sesión y se pueden atender cuatro personas a la vez, quiere decir que cada dos horas ese negocio tiene cerca de 5 mil pesos.
De acuerdo con Pitágoras, los dueños de esa clínica obtienen ganancias diarias superiores a los 30 mil pesos. ¿No podrán adquirir una planta de luz para evitar las sobrecargas?
En dicho lugar cuentan con un equipo para realizar hemodiálisis de forma ambulatoria, es decir lo hacen a domicilio.
Una camioneta perfectamente equipada acude intermitentemente a la Penitenciaría del Estado en Tijuana, donde realiza este tratamiento a internos de ese lugar.
Además de las ganancias obtenidas con la visita de personas que lo requieren, estos señores obtienen dinero de la autoridad estatal al acudir a ofrecer este tratamiento al centro penitenciario. Se le llama subrogación.
Mas allá de los continuos apagones por la sobrecarga eléctrica generada por los equipos, vale la pena destacar que la clínica mencionada no cuenta con estacionamiento, ni siquiera con una rampa de acceso para el desplazamiento de los pacientes.
Éste lugar ocupa la planta baja de un edificio de oficinas ubicado sobre la calle Guadalupe Victoria, en plena Zona del Río en Tijuana.
Ante tamañas irregularidades el columnista contactó con Juan Manuel Gastélum, responsable de la Dirección General contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud en Baja California.
La pregunta fue, cómo es posible que la autoridad sanitaria otorgue permisos de operación a sitios como la Clínica del Riñón.
Cicuta conoció en la Comisión Federal de Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) no tiene injerencia en temas relacionados con el tema en el estado de Baja California.
El titular de esta dependencia en Baja California aclara que, efectivamente, la dependencia que encabeza no tiene relación formal con la Cofepris a nivel nacional, aunque si coadyuva en temas específicos, especialmente si se trata de quejas formales.
Negocios como la Clínica del Riñón operan con un permiso expedido desde el centro del país y por eso funcionan sin importarles incurrir en graves irregularidades.
Clínicas como la mencionada funcionan sin la mínima supervisión y con el evidente riesgo hacia la salud de las personas que atienden.
Mientras el secretario de salud en el estado Sergio Tolento dedica la mayor parte del tiempo en la atención al tema de la rickettsia, negocios que debían atender la salud de sus pacientes no tienen empacho en poner en riesgo su vida.
Cinismo
Al Secretario de Economía del Gobierno de Baja California Carlo Bonfante Olache le vino guanga la denuncia periodística sobre el desvío de dinero a sus familiares a través de empresas falsas.
Don Carlo Bonfante, modelo de cinismo oficial, declaró ante reporteros que los señalamientos planteados en su contra es simple “grilla”.
Este funcionario dice que las denuncias periodísticas no ponen en riesgo su estancia en el gobierno.
Don Carlo presume ante sus incondicionales que ese tipo de críticas no le mueven el tapete, pues tiene un acuerdo de confianza con el gobernador Francisco Vega de la Madrid, con quien tiene negocios en común.
Las personas que revelaron lo anterior no saben a qué negocios se refiere. Al tratarse de empleados de esa dependencia, sólo se dan cuenta de los constantes viajes que realiza al exterior.
En su mayoría, sus viajes son a diversas entidades de los Estados Unidos. ¡Seguro que va atender sus negocios! Ni modo que vaya a promover la generación de empleos para Baja California.
Los resultados del trabajo que realiza don Carlo se encuentran a buen resguardo pues nadie se atrevería decir que en su estancia en esa Secretaría ha hecho un carajo.

Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta jornadabc.mx


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