Chiquito / Paria

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Viernes, 04 de Septiembre de 2015.
Chiquito
«Arranado» detrás de su escritorio en la oficina principal de la Delegación del INFONAVIT en Baja California, el joven Alejandro Arregui Ibarra se llena la boca al asumirse como el próximo candidato del PRI a la alcaldía de Ensenada.
Por su estatura política e inocultable incapacidad, su presencia solo destacaría en el reino de Liliput.
-¿No habrá quien le diga que debe mantener cerrada la boca? ¿Antes de presumirse futuro candidato no debería intentar mostrar un esbozo de capacidad?
El novel Alejandro debería entender que recibir una cascada de lambisconerías de sus incondicionales no significa –necesariamente– que ya le tendieron la cama para que gobierne Ensenada.
¡Debería comprar una cinta métrica!
Como primer paso debería entender que sus limitaciones serán una deliciosa carnada para su contraparte partidista.
La tesis de sus adversarios panistas es que el Puerto de Ensenada es la cuna blanquiazul por excelencia. Al menos así piensan muchos blanquiazules.
Muchos azules suponen que la Ruffomania aún está presente en una buena parte de la sociedad ensenadense.
Si bien los priistas lograron recuperar la alcaldía, también es cierto que algunos tricolores han contribuido a triturar la percepción social.
Ahí está el caso del ex alcalde Enrique Pelayo Torres, un personaje que se despachó con la cuchara grande sin importarle que la sociedad se diera cuenta de sus corruptelas.
La visión generalizada es que a Pelayo le valió verdura lo que pensaran sus gobernados.
Al margen de la visión planteada, el joven Arregui debe saber que su labor al frente del Infonavit en el Estado no es precisamente la mejor de las faenas.
La gran mayoría de los ciudadanos ni siquiera conocen su nombre.
Habrá que aclarar que Cicuta no se refiere a los habitantes de la ciudad de Tijuana, sede de la delegación del Infonavit, si no específicamente a los habitantes del puerto de Ensenada.
En sus sueños guajiros, Alejandro Arregui pretende gobernar Ensenada, aunque alguien debe decirle que solamente lo conocen en su casa.
Aunque algunos comunicadores ensenadenses lo ubican como el candidato natural del partido tricolor a la alcaldía de Ensenada, la realidad es que –en los sondeos de opinión—este joven ni siquiera aparece.
Luego de la elección de junio, una encuestadora dirigida por un conocido comunicador reveló nombres de algunos políticos que podrían aspirar a los distintos puestos de elección popular que se disputarán el próximo año.
En esa encuesta el joven Arregui destaca por su ausencia.
Hace apenas unos días Cicuta charló con un par de ciudadanos que acudieron al inmueble que alberga el Infonavit en busca de información.
Uno de ellos salió indignado porque el delegado no tuvo la atención de escucharlo. Señala que lo hicieron esperar más de tres horas para finalmente informarle que “el señor delegado estaba muy ocupado” y que no podría recibirlo.
Dos meses atrás un reportero de Tijuana intentó contactarlo para invitarlo a participar en un programa radiofónico con un alcance importante.
El señor Arregui estaba tan ocupado (en sacarse la borra del ombligo) que no tuvo tiempo para escuchar la invitación.
Tres llamadas más no fueron suficientes para captar la atención de un funcionario que siente traer a Dios de las orejas y la candidatura tricolor en la bolsa.
Si Alejandro Arregui se conduce así como delegado del Infonavit, es fácil suponer cómo se desempeñaría al frente del gobierno de Ensenada. Dejemos que sueñe. Está chiquito.
Paria
En cuestión de horas los demonios surgirán en Rosarito pues los regidores decidirán la destitución del delegado del Centro Marco Antonio Morales Nava, quien dedica la mayor parte de su tiempo «a quemarle las patas al diablo».
Aunque su intención es pasar por “una hermana de la caridad”, la realidad es que Tony Morales es un bueno para nada. En lugar de cumplir con sus responsabilidades este hombre prefiere navegar relajado en los humos de la intoxicación.
Hace unos días el Secretario General de Gobierno Fernando Serrano intentó notificarle su destitución, aunque Morales se rasgó las vestiduras. Aprovechó para asumirse como víctima. !Pobrecito! !Nadie lo comprende!
Al margen de su finta de malandro, Tony Morales ha demostrado absoluta incapacidad para realizar su labor. El secretario Serrano intentó vanamente cumplir la instrucción del alcalde Silvano Abarca Macklis de notificarle su cese.
Don Tony andaba en otro planeta, quizá en el centro de rehabilitación para adictos denominado el Campito, su negocio particular.
Cicuta estima que la decisión de correrlo no es –necesariamente—por su incapacidad sino por su afición por la sustancias extrañas.
En las 2 ocasiones que este gobierno municipal ha ordenado la realización del antidoping a sus funcionarios, extrañamente Tony Morales desaparece. Nadie sabe en dónde se encuentra, aunque todos suponen el motivo de su ausencia.
El alcalde Silvano Abarca ya debió cansarse de tolerar a un bueno para nada que cobra como delegado del Centro.

Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta jornadabc.mx


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