Noé / Huguin

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Noé

Enclaustrado circunstancialmente en la Patagonia, el embajador de México en Argentina Fernando Castro Trenti se resiste a alejarse de Baja California. Allá en la tierra de Maradona, se enteró que uno de los patrocinadores de su campaña fue detenido en Estados Unidos por financiar parcialmente a un político que hasta hace poco despachó como alcalde en una ciudad del sur de California.

Y aunque pareciera un asunto intrascendente, el empresario mexicano detenido hace dos semanas habría revelado el monto de la aportación económica al candidato gringo. Paralelamente reconoció que durante los 60 días de campaña política en Baja California, Fernando Castro Trenti utilizo su jet privado y hasta rentó un helicóptero para que el candidato lo utilizara en desplazamientos cercanos.

Más allá de la declaración rendida ante la autoridad norteamericana, la preocupación de Castro es evitar que la información trascienda. Él sabe que el riesgo es que sus detractores utilicen este hecho para atorar sus aspiraciones políticas.

En el 2016, Castro Trenti pretende «aunque sea» ser alcalde de Tijuana y por ello desde Argentina comenzó a labrar el terreno. Nunca esperaba que uno de sus financieros sería detenido y mucho menos que lo descobijaría.

Ya ubicados en el presente, Cicuta está en capacidad de informar que “el Diablo metió la cola” en el conflicto gubernamental registrado la semana pasada en Tijuana, donde la Sindicatura Municipal suspendió al secretario general de gobierno.

Aunque este nombre no tiene resonancia política, el señor Noé Rivera Domínguez fue el autor de las intrigas que impulsaron la decisión de suspender al secretario de gobierno Bernardo Padilla. El señor Rivera es –para su información– nada menos que el síndico municipal suplente.

Baste decir que si “revientan” del cargo al actual síndico, entonces Noé Rivera tomaría las riendas de Sindicatura y –desde allí– operaria a favor de Fernando Castro Trenti. La idea sería «tenderle la cama al Diablo» para desactivar cualquier estructura política que pudiera representar riesgo para Castro. Desde la Sindicatura, Rivera aplastaría cualquier intento de Astiazarán por proyectar a su suplente.

Ubicado como un personaje perverso que ha sobrevivido a situaciones sumamente incómodas, Noé Rivera está dispuesto a realizar el trabajo sucio al embajador Castro. Personajes con memoria recuerdan que Rivera surgió a la fama el día que decidió traicionar a la entonces dirigente magisterial Elba Esther Gordillo. Noé renunció a la diputación federal que le construyó la maestra, quien enojadísima le advirtió que lo destrozaría.

Tras varios años de destierro político, Rivera reapareció en el 2010 como operador político del alcalde de Ensenada Enrique Pelayo Torres. Este hombre contribuyó al desorden practicado por Pelayo y después de un año «salió por piernas».

Ahora mismo despacha en una sub dirección de una dependencia federal en Baja California, aunque don Noé aprovechó la coyuntura para intentar colarse como titular de la Sindicatura. Como muestra de sus habilidades, este hombre “se las ingenió” para venderle la estrategia al embajador Castro.

Este último no quiere dejar abierto ningún resquicio que pudiera representar riesgo para–finalmente—concretar sus aspiraciones de alcanzar un puesto público, es decir, ganar una elección y convertirse aunque sea en alcalde de Tijuana.

Un personaje que conoce al dedillo los rincones de la política local, se pregunta si la presidencia municipal de Tijuana resulta más atractiva que la embajada de México en Argentina. La respuesta sale espontanea. En Argentina Castro Trenti es el señor embajador, en Baja California es el Diablo, nadie sabe» más que el diablo».

Huguin

Enésima víctima del desempleo, el abogado Hugo Salinas prefirió ausentarse de Baja California porque no aguantó la presión de sus acreedores. El señor Salinas fue durante el primer tercio de la anterior administración estatal el jefe de asesores del vilipendiado procurador de justicia Rommel Moreno Manjarréz.

Luego del arresto en Estados Unidos del entonces coordinador de Enlace de la PGJE Jesús Quiñones, el abogado Salinas fue separado sorpresivamente de su cargo. Rommel Moreno conoció que Quiñones y Salinas hacían «negocios» de todo tipo y –se supone—que por eso prefirió marginarlo.

Salinas «pateó botes» durante algún tiempo, hasta que Mario Escobedo Carignan lo convirtió en su promotor mediático. Seguro que Escobedo no sabe que Salinas encontró en ese rescate su método de supervivencia económica.

Más tarde se vinculó con el ex titular del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Carlo Bonfante, quien el primero de noviembre fue nombrado Secretario de Economía del Gobierno de Baja California.

Durante su desempeño como jefe de asesores de Rommel Moreno, el abogado Salinas se acostumbró a un nivel de vida que no conocía. Por ello Salinas caía últimamente en la desesperación ante las limitaciones económicas.

Ahora es el ex funcionario más difícil de localizar, al menos para sus acreedores. En su momento Cicuta se referirá a un evento registrado hace un par de años en la exclusiva zona conocida como Real del Mar donde el señor Salinas fue el protagonista.

Cicuta.com.mx twitter: @jaimecicuta          Lunes,03 de Marzo de 2014.


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