POCAS LUCES… PERO CON MUCHOS HIJOS TONTOS

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POCAS LUCES… PERO CON MUCHOS HIJOS TONTOS 

Nadie duda de que el alcalde tijuanense Jorge Astiazarán Orcí, sea buena gente, menos de su buena fe, pero como funcionario público a demostrado tener pocas luces… y a veces las traer apagadas, pero eso si… con muchos hijos –políticamente ablando- tontos.

Apenas cursando el tercer mes al frente de la administración municipal, ya da claras muestras de desesperación, llegando frecuentemente en las ultimas semanas, a golpear la mesa, para demostrarle a su interlocutor –funcionario municipal- su frustración y desacuerdo con los resultados obtenidos.

Pero la culpa la tiene el doctor, siempre ha dicho que no es político, pero se comporta como uno de “medio pelo”. Juro en su campaña –como todo -político- que en su gobierno no habría cuotas para los grupos de poder, pagos de compromisos, parientes, amigos, etcétera, pero como todo mundo puede apreciar, falto a la verdad, ya que lo único que hay es una mezcla de todo lo anterior. Con el agravante de que una buena parte de los nombramientos –obviamente no todos- recayeron en una bola de inútiles, algunos de los cuales se consideran sus “hijos tontos, inútiles o putativos”.

Uno de ellos es el que cobra como secretario de seguridad pública municipal, al que entre otras cosas le compra sus avioncitos y/o helicóptero de juguete para que se divierta el niño.

Alejandro Lares Valladares, titular de la dependencia e “hijo tonto” del alcalde, primero lo convenció de que le comprara esos “juguetitos” los cuales “perversamente” manejo con el nombre de “drones”, a un precio según su dicho de cinco mil dólares el par, es decir por dos, lo cual indica que los puede comprar en cualquier tienda tipo “Radio Shack”. Después, como todo niño consentido, salio con que, como juguetes que son, las baterías solo sirven para diez minutos de vuelo, no tienen rango de acción, y una larga lista de etcéteras. Le bastaba decir que solo sirven para ser utilizados n un parque público, o en el patio de una “mansión”, ya que las instalaciones que hay en Norteamérica para disfrutar esos juguetes, estos mismos, son de más calidad, con más especificaciones técnicas, y claro… a otros precios.

Aun así, se le salio a este caprichoso y pedante personaje, la confesión de que no se gastaron cinco, sino doce mil dólares. Presumiendo que tendrán que gastar “algunos” miles más, en equipo de mejoramiento, como es antenas más grandes, otras baterías, programación de rutas, instalación de cámaras infrarrojas, más hélices, y “otros” detallitos, lo cual encarecerá, todavía más, el costo de los juguetitos. Al fin que el ayuntamiento paga… el chiste es que juegue el “niño”.

Según Lares Valladares, con el funcionamiento de estos juguetes, se vigilaran las zonas con alta incidencia delictiva en la ciudad, bajando con ello los delitos. Como dicen los chavos: “que no manche”. Si acaso servirán para monitear las manifestaciones… y, se me olvidaba, para “bonitas” tomas en los informes de “papi alcalde.

Dicen los mal pensados, que la forma de compra inicial se debió principalmente a dos factores. El primero la inexperiencia e ineptitud del funcionario. La segunda, que al comprar en etapas, disfraza el costo, pudiendo hacer la compra directamente sin tener que concursar, es decir le da la vuelta a la normatividad… y a la legalidad.

Como alguien al parecer le comento que esas “ingaderas” se caerían solas, sin necesidad que alguien les dispare, decidió comprar un seguro para daños, ya que reconoció las altas posibilidades de caer sobre alguna persona, vehiculo o propiedad privada. Ese es el nivel de confianza que se tiene en los “juguetitos” adquiridos. Se les pide encarecidamente a los lectores de esta columna, no vayan a soltar la carcajada, ni a desternillarse de risa, al leer que este folclórico personaje comparar sus avioncitos o helicópteros de juguete, con los «drones» utilizados –muchos de ellos con fines militares- por el gobierno norteamericano.

Con ignorancia supina, alardea de la imposibilidad de que sea interceptada su frecuencia al momento de estar en servicio. Como si esta tecnología, de venta en cada centro comercial del vecino país, no fuera cuestión de niños para los hackers… y aun para muchos jóvenes. Ah! que Alejandro Lares, le ve la “cara” a su “padre putativo”… y quiere vérnosla al resto de la población tijuanense.  

Este funcionario que escalo en la corporación gracias a sus dotes de GUACHOMA, escucho que en el estado de Morelos, al que por cierto llego con su “circo de Virueta y Capellina”, su expatrón el “tambito que se cree rambito”, Chucho Alberto Capella Ibarra, se hizo famoso un transporte del gobierno conocido por el “helicóptero del amor”.

Y que se acuerda que la policía municipal  tiene uno en calidad de chatarra o yonke. Como “niño” de “papi pudiente” ya aprendió a pedir… y que se le conceda, por lo que hizo su cartita a los reyes magos… digo federación, y les pidió recursos para rehabilitar el helicóptero denominado “Pegaso”, con todo y altísimo costo que representa repararlo. Se dice que como mínimo, seria arriba de un millón y medio de pesos.

Este “niño consentido”, parece no entender, ni le interesa tampoco, que por el tipo de helicóptero que es, y su antigüedad, saldría más barato comprar otro. Pero en fin, que pague el programa de Subsidio para la Seguridad de los Municipios (SUBSEMUN), lo que seria raro, ya que ni al compa de Campa –titular del programa-, le autorizo ese tipo de recursos.

Mientras el titular de la SSPM se da la gran vida, y presume resultados que solo están en su mente o son de otros, su empleado Fernando Esquer Peraza, titular de la Estancia Municipal para Infractores (EMI), menciona que más del cincuenta por ciento de las personas que ingresan a esta, son indigentes, y la mayoría es por no contar con una identificación, los cuales son detenidos por su apariencia y falta de documentos, tal como lo denuncian un día si, y otro también, activistas y organismos de derechos humanos.

Como usted se dará cuenta, el que el alcalde haya girado instrucciones de que no se violenten las elementales garantías individuales de las personas, le tienen sin cuidado a Alejandro Lares Valladares y muchachitos que lo acompañan. Al fin que mientras sea uno de los “hijos tontos, inútiles o putativos” del alcalde… seguirá siendo intocable. Así sea una de las causales por las que no llegue a contender por la gubernatura en un futuro… ya anhelado.

De común acuerdo seguridad pública y jurídico municipal, para “mejor” joder a la gente, los jueces calificadores remiten y “obsequian” detención de todo lo que les solicitan los policías, así sea irregular, y muchas veces ilegal. Cuando el juez calificador quiere actuar conforme a derecho, y no dejarse presionar por los gendarmes o “malosos” protegidos por los mismos, los jueces son intimidados, al grado de tener que pedir el cambio de delegación o distrito. Pero según el alcalde y sus “niños tontos”, no hay contubernio con “mañosos”. Que tal si lo hubiera. Historias sobran.

Mientras esto acontece con Lares Valladares y sus muchachitos, por las noches, el ejército nacional tiene que patrullar la ciudad, para llevarles a los ciudadanos una merecida tranquilidad. Es decir, que mientras el funcionario municipal juega, blofea, presume y sobre todo se pavonea, la milicia tiene que entrar al quite, haciendo el trabajo que les corresponde realizar a los municipales.

Mientras, sus elementos solo sirven para introducirse ilegalmente –incluyendo en horas de la madrugada- en las viviendas y propiedades de la ciudadanía.

En las próximas entregas platicaremos del “desgarriate” en la secretaria de desarrollo urbano y ecología municipal –con el correspondiente desastre de calles obras, y el famoso concreto hidráulico-, así como en la dirección de transportes del municipio, entre otras.

 

 

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INTRIGAS: Escrito por Ricardo Madrigal. Jueves, 13 de Febrero de 2014.

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