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Cicuta

Jaime Flores Martínez

Baco

Expulsor de lamentos derivados de su adicción por las bebidas embriagantes, el destituido delegado de la Presa Este de Tijuana Jehu Sánchez Reyes, acabó crucificado porque además de emborracharse con singular alegría, también toleró que un ex presidiario despachara como secretario de esa delegación.

Apenas la semana pasada ─al trascender su inhabilitación─, Jehu Sánchez cometió la pifia de reconocer públicamente su adicción al chupe. Sin medir las consecuencias de su dicho, Jehu reconoció ante la prensa su gusto por el estado beodo.

Y aunque su aceptación no se integra en el contenido del amparo, es un hecho que la autoridad no debe restituir en su cargo a un alcohólico confeso. Sus superiores debieron reprenderlo y pedirle que renunciara al ordenamiento del tribunal. También que renunciara a su cargo.

Más allá del escándalo generado por su inhabilitación, también se filtró que Jehu estaba enterado que Daniel Corral, secretario de la delegación Presa Este, falsificó su carta de no antecedentes penales para acceder al cargo.

Corral pasó nueve meses en el Penal de la Mesa donde fue procesado por el delito de robo de vehículo. Aunque el juez encargado del caso decidió liberarlo por falta de pruebas, es gravísimo que haya entregado un documento falso que lo ubicaba como una blanca palomita.

Personal de esa demarcación contactó con Cicuta para abundar en detalles sobre su comportamiento. Esos empleados aseguran que Corral maniobraba a placer en esa demarcación pues se dedicaba a solucionar prácticamente cualquier asunto.

Claro que su esfuerzo no era gratuito pues exigía la entrega de dinero en efectivo y desde luego que no expedía facturas o recibos. Además de andar armado para generar terror, el señor Corral no movía un dedo sin la necesaria remuneración económica. ¿No veía Jehu que Corral siempre traía pistola?

Sin llegar al extremo de acusarlo de corrupto, esas versiones se muestran generosas al ubicarlo como un facilitador de trámites a cambio de un apoyo financiero.

A mediados de la pasada administración municipal Jehu se desempeñaba como subdelegado de Miguel Alemán en la Delegación Cerro Colorado. Una tarde fue interceptado por policías municipales que realizaban operativos para interceptar conductores ebrios.

Los uniformados descubrieron que además de conducir bajo los influjos del alcohol, el entonces subdelegado manejaba un vehículo oficial fuera del horario laboral.

Alguien debe decir que este último detalle se considera muy grave, pues los servidores públicos no pueden usar recursos públicos en asuntos privados. Ningún funcionario está autorizado a utilizar los bienes públicos en beneficio personal.

En aquel momento, el escándalo fue minimizado con el agravante que la autoridad municipal decidió destituirlo del cargo. Mientras Jehu fue destituido y condenado a patear botes, la entonces síndica procuradora Yolanda Enríquez de la Fuente hacía lo necesario para cubrirle la espalda.

Pasados unos meses este hombre logró incorporarse a la campaña proselitista del actual alcalde Jorge Astiazarán, donde se dice que cumplió una labor satisfactoria. El resultado fue su nombramiento como delegado de la Presa Este.

Apenas trascendió su inhabilitación, este funcionario gestionó un amparo en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo que –a su vez─ respondió apenas el pasado miércoles. La resolución fue favorable para Jehu (expediente 326/2013), aunque lo echó a perder al declararse borrachito ante los medios de comunicación.

Resbalón

Parece mentira que a pesar de su experiencia en el servicio público y su eterna militancia partidista, la dirigente municipal del PRI en Tijuana Franciscana Krauss Velarde incurra en pifias como la violación de los estatutos de su partido.

Resulta que la señora Krauss quiere enquistar en el Consejo Político Estatal a un personaje que se presume priísta y al mismo tiempo despacha y cobra como funcionaria de primer nivel en el gobierno panista. La intención es anti-ética y se considera una violación a los estatutos tricolores.

Dichos estatutos aprobados por el Consejo Político Nacional son claros: en el artículo 61 fracción IV se rechaza expresamente que “ningún integrante del citado Consejo podrá ocupar cargo, empleo o comisión pública alguna en gobiernos emanados de algún otro partido distinto al Revolucionario Institucional salvo el personal sindicalizado”(que no es el caso).

Aunque suene a insulto (que no lo es) Franciscana tendría que regresar al pasado e integrarse a la escuela de cuadros. En el pasado, en el PRI la ética se presumía como un valor inquebrantable. Ahora es violentado justamente por quien no debiera.

PT

De noche pasó el auto-destape del diputado local petista Armando Reyes Ledesma, quien en voz baja reconoció su interés por convertirse en alcalde de Ensenada. Aunque nunca aludió la moral, la fidelidad y las buenas costumbres, el diputado concentró su discurso en el tema del dinero. Quizá justificadamente le preocupe el futuro de su descendencia en camino.

cicuta.com.mx twitter: @jaimecicuta    Miércoles, 12Noviembre//2014.


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