Roedor / Irizar / Prepotente

Cicuta

Por Jaime Flores Martínez

Lunes, 28 de Marzo de 2016.

Roedor

Deslumbrado por los reflectores de la frívola opulencia, el joven César González Rojo se dedicó a la “robadera” durante su estancia en el Gobierno de Tijuana.

¡Los billetes son lo principal!

Y es que desde hace años, González Rojo es el secretario particular del empresario casinero Jorge Hank Rhon.

Al despachar como asistente de este magnate, el joven González vivió de cerca los alcances del poder económico. Al vivir de cerca el aroma del glamour este hombre se lamia los bigotes.

¡Yo seré rico!, pudo prometerse en su enfermiza obsesión.

En julio del 2013 este hombre se frotó las manos al saberse integrado al gobierno de Tijuana que encabezaría Jorge Astiazarán Orci.

Su íntimo amigo Bernardo Padilla sería el secretario general de gobierno, lo que se traducía en la coyuntura ideal para retacarse los bolsillos con dinero del contribuyente.

González Rojo supuso que Padilla lo nombraría director de Inspección y Verificación, dependencia municipal encargada de  vigilar la operación de los giros negros.

!Recogería el dinero con pala!

Aunque la intención primaria era colocarlo en esa posición, su  desquiciada ansiedad obligó a su amigo Bernardo a designarlo coordinador de delegaciones del gobierno local.

¡Que gacho! ¿Y ahora como se haría rico?

Al carecer de ingenio y habilidades propias, César González atendió los consejos de sus perversos asesores. El mismo elaboró un maltrecho plan para meterse medio millón de pesos al mes.

Eso era muy poco pero ¡ya ni modo!

De inmediato contrató personas con cierta capacidad profesional, aunque dispuestas a ganar poco.

Si su labor justificaba un salario mensual de 10 mil pesos, el generoso Cesar maniobraba para que obtuviera 30 mil pesos.

De esa cantidad, el empleado ganaría 15 mil pesos, pero el acuerdo era que el resto tendría que entregárselo en efectivo. ¡Mira que muerto de hambre!

Ese mismo empleado se encargó de reclutar a media docena de personas que trabajarían en las mismas condiciones, lo cual representó ingresos líquidos mensuales superiores a los 200 mil pesos.

Cicuta charló por separado con dos delegados municipales que recibían órdenes de González.

Ellos debían cerrar la boca ante la irregular contratación de empresas que realizaban obras para el beneficio social.

Se supone que González adjudicaba obras a cambio del famoso diezmo.

Otros tres empleados municipales que cayeron en el juego de César González cometieron el yerro de firmarle «un poder» sobre la propiedad de placas de taxi libre.

González les pedía que signaran esos documentos para –supuestamente–gestionarles la propiedad. ¡En realidad eran para él!

Si se trata de obtener recursos por la renta y venta de los juegos de placas la ganancia es propia.

En caso contrario, si se presentara la comisión de un delito, entonces César se lava las manos e involucra a «los dueños» originales.

 ¡Que cochino!

Ah, por cierto, Bernardo Padilla acaba de nombrar a González su coordinador de campaña rumbo a la diputación local por el distrito XVI.

El afecto que siente por César es igual que meterse una serpiente venenosa en los pantalones.

Busca perder.

Irizar

Marco Antonio Irizar Lizárraga solo necesita unos buches de alcohol para pregonar que será candidato a diputado por el Distrito VIII de Tijuana.

Ante sus amigos de parranda presume que su madrina Velia Burgos, viuda de Beltrones, le prometió hacerlo diputado y luego ¡alcalde de Tijuana!

Este muchacho se llena la boca al decir que entre sus padrinos tiene a un senador de la república  y hasta el mismo dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones.

¡Pero si eres un inútil!, replican sus compañeros de juerga.

¿Y eso que? rebate Irizar.

Prepotente

Carlos Betancourt, Director de Enlace de la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana se cree con derecho de insultar a los periodistas porque goza de la protección de Carlos Gómez Miguel, quien a su vez cobra como Director de Inteligencia de esa Secretaría.

El prepotente Betancourt insultó y reprimió a dos reporteros que el martes cubrían una doble ejecución en la Delegación Playas de Tijuana.

Los comunicadores no entendían por qué Betancourt escupió que “le pelaban los dientes”, pero ahora saben que este insolente policía es amigo y protegido de Gómez Miguel.

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