#NosDueleBajaCalifornia y #NosDueleTijuana

INTRIGAS

 

#NosDueleBajaCalifornia y #NosDueleTijuana 

#NosDueleBajaCalifornia, pero ¿qué hacemos con el gober pernicioso, su parejita e ineptos y compinches que lo acompañan?

#NosDueleTijuana, pero ¿qué hacemos con el dotor Chapatín e ineptos y compinches que lo acompañan?

Las estadísticas de incidencia delictiva a lo largo de todo dos mil catorce, siempre señalaron que el estado en general y su principal municipio en importancia en particular, podrían convertirse en un polvorín. Según la famosa Ley de Murphy: “lo que podía salir mal… salió mal”.

¿En verdad se quiere desaparecer las policías municipales, para que alcaldes como Jorge Astiazarán Orcí, Jaime Díaz Ochoa, Silvestre… digo Silvano Abarca Macklis y demás raleas, puedan evadir su responsabilidad y dejarle todo el tesoro y poder… que no responsabilidad, al impresentable Daniel de la osa… digo de la Rosa Anaya? La gran mayoría de los ciudadanos cree que eso es una locura… por decir lo menos. Lo que se podría traducir en “salimos de guatemala… para entrar en guatepeor”.

Con los últimos secuestros –incluyendo a comerciantes y empresarios-, levantones, desapariciones y ejecuciones –muchas de ellas en las vialidades más céntricas y/o transitadas de la ciudad- en las calles de nuestros municipios, pero principalmente de Tijuana, ni el “dotor Chapatín”, mucho menos “el camillero” que tiene al frente de la secretaria de inseguridad pública municipal, o la “gatita de angora” que cobra como titular de los jenízaros, han dado la cara a una sociedad conmocionada por los arteros homicidios y crímenes en general.

Ni que decir que el gobernador y los alcaldes no escuchan, ni tiene intención de hacerlo. Les vale sorbete el miedo y la indignación de la población. Al mejor estilo de los políticos, han decidido atrincherarse como decía cierta artistilla: en su “verda”. Si el estado y los municipios se han sumido en el caos, no es su culpa, sino del pueblo… por dejado… y por votar por ellos.

Desde que en Tijuana en lo particular, y Baja California en lo general, se desataron los demonios de las cifras de incidencia delictiva que aumenta mes tras mes, los (des)gobernantes se han dedicado a negar la realidad… y a proteger a los ineptos parásitos que tienen al frente de las corporaciones policiacas.

Según su perspectiva, los ciudadanos tarde o temprano dejarán de quejarse y todo volverá a la normalidad. Aunque la “terca” realidad sean más crímenes y más inseguridad. Pero la terquedad hace que no le pidan ayuda a la federación. Sería tanto como reconocer su fracaso… y la hipocresía antes que todo.

Dicen quienes saben de esto, que muchas ejecuciones son motivadas por vendettas por el famoso “derecho de piso”, y otras por casos de extorsión. Ahora resulta que aparte de pagarle al mal gobierno… también se tiene que retribuir a los malandros. Algunos pensaran que son lo mismo, unos desde la “informalidad”, y otros… “oficialmente”.

Por supuesto, Baja California sería un buen ejemplo en donde analizar una situación práctica de aquello que ocurrirá en caso de que prospere la iniciativa de Ley de Mando Único. Las consecuencias de despojar a los municipios de sus policías, para centralizarlas en un cuerpo estatal –que en este caso serían los tenebrosos estatales preventivos, mejor conocidos por pepos–, de entrada, eximirían de responsabilidad a los munícipes. Luego de la ejecución –que son una buena cantidad por día– o cualquier evento de inseguridad –que se cuentan por centenas en cada jornada– que conmocionara al municipio en cuestión, inmediatamente se reaccionarían echándole la culpa al gobernador o a su secretario de (in)seguridad. En el caso de los Ayuntamientos, los ciudadanos elegirían autoridades irresponsables que de antemano estarían facultadas para “echarle la bolita” al gobernador… y con justa razón.

Con la Ley de Mando Único en la mano, el “gober pernicioso” estaría facultado para designar por medio de su impresentable de la Osa, al titular de policía en los cinco municipios del estado. Por lo que en automático, sería entonces responsable de su actuación: al no haber sido designado por el alcalde, la cadena de mando lo llevaría a obedecer únicamente a su jefe directo, que en este caso sería el inepto y violentador de los derechos humanos de los ciudadanos… de la Osa. Y si tal coordinación en la actualidad es difícil aun en los municipios emanados del mismo partido que el gobierno estatal, luce imposible con aquellos en los que provienen de una fuerza política diferente, como es Tijuana, Ensenada y Tecate.

Recordemos que de dientes pa’ fuera todos dicen estar en perfecta coordinación, pero en la realidad cada uno defiende con todo su coto de poder… y de negocios. Es decir: por las buenas nadie soltara el botín.

Con la desaparición de las policías municipales, los alcaldes quedarían en las manos de los gobernadores, reforzando su poder caciquil. Según los usos y costumbres, a algunos de los ayuntamientos emanados del mismo partido, pero principalmente a los ediles que son sus amigos, les brindaría todo el apoyo, mientras que a los rivales los congelaría, los dotaría de menos elementos, patrullas y armamento. Los conflictos y diferendos serán pan de todos los días… cuestión de multiplicar… las ineficiencias y corruptelas. Si de por sí ya es caótica la seguridad pública… todavía podemos empeorar. Aunque usted no lo crea posible, todavía hay margen –aunque mínimo– hacia el desfiladero.

Las estadísticas de incidencia delictiva y criminalidad, a lo largo de todo dos mil catorce, siempre señalaron que al estado entre los “lideres” nacionales de esta infausta lista, obvia decir que a nivel de municipios, Tijuana siempre está “dispuesta” a “pelear” por los primeros lugares, lo que llama la atención es que todavía no se haya convertido en un polvorín semejante al de Iguala, Guerrero. Y lo más curioso, es como los alcaldes evaden su responsabilidad y también… la realidad.

En el caso bajacaliforniano, mientras el secretario de (in)seguridad pública estatal Daniel de la osa… digo de la Rosa, celebra el desmesurado incremento de su poder personal… pero sobre todo el mundo de “oportunidade$” a su disposición, el “gober pernicioso” más preocupado en que nada se interponga en su vida de viajes y negocios –tiene a su disposición otro tipo de tesoros–, la “piensa” antes de acrecentar sus problemas.

El “gober pernicioso” Francisco Arturo “Kiko” Vega de Lamadrid, se quiere salir por la tangente… o por piernas dirían otros, queriendo congraciarse como siempre con el “preciso” Enrique Peña Nieto (EPN), dijo que “hay que hacer un análisis de las propuestas del presidente, es consciente de que México sufre y que tenemos que trabajar todos en cerrar filas”… aunque aquí se mordió la lengua en eso de “que tenemos que trabajar todos”, ya que el solo acostumbra a darse la “buena vida”… y de trabajo… bien, gracias.

Haciendo malabares para ganar tiempo, menciono que “él es un gobernador municipalista”, insistiendo en que “se deben revisar las propuestas”… y siguió con su acostumbrada inentendible verborrea.

Uno de los que se dio cuenta de lo que “perdería” con dicha propuesta es el “dotor Chapatín” Jorge Astiazarán Orcí, quien cobra, disfruta y negocia, como alcalde tijuanense. Encabronado porque con dicha medida uno de sus “hijos tontos o putativos” perderá la chamba… y el negocio también, salió a contradecir al presidente de la República, afirmando que “las policías municipales no deben desaparecer”. Por cierto, el delegado de la secretaria de Gobernación, José Luis Hernández Ibarra, ya abra informado al secretario Osorio Chong, de que el gobernador panista apoya en las propuestas a EPN, y el alcalde priísta le lleva las contras? Conste que es pregunta.

Astiazarán Orcí, defiende con todo al Artículo 115 Constitucional, y por lo tanto la autonomía de los municipios. Pero en ningún momento, al tenor del citado artículo constitucional, ha peleado porque el servicio del agua –CESPT– pase a manos municipales. Sera porque no quiere pelear con el gobernador? Con quien por cierto lo unen lazos de amistad… y de negocios? O porque como siempre, “el camillero” Alejandro Ladres Valladares le lleno la cabeza de “tarugadas”, con tal de no perder cuota de poder… político… y la económica, que igual que sus antecesores en el cargo, lo están sacando de su eterno “patear botes”.

Jorge Astiazarán, se dio el lujo de “presumir” que “no se puede comparar a Guerrero, Michoacán, Tamaulipas o Chiapas con el Estado de Baja California”, en lo cual tiene razón, pero esconde que Tijuana tiene un mayor número de asesinatos y criminalidad –según los diversos estudios nacionales– que cualquiera de las ciudades que conforman dichos estados. Es decir… nada que presumir en casa.

Muchos ciudadanos comentan: que “los gritos” que está pegando el alcalde, se deben a que “ve afectada su fuente de ingresos”; también a que ya no tendrá a quien defender “cuando un ciudadano es detenido y agredido por los malos policías” que pululan en el municipio; o cuando le platican que “se la pasan protegiendo a los malandros por una cuota para que no los detengan y puedan trabajar libremente en ese momento”; o por cuanto dejara de “recabar por medio de alcoholímetros –al ya no tener a la policía municipal– y probablemente con otras negociaciones con los delincuentes apalabrados”; será que se duele de que ahí provienen una parte “interesante” de los ochenta millones de dólares, que en su momento afirmo que se generan por corrupción en su municipio”… los cuales seria molesto para su gente, que fueran a para a los bolsillos de “kiko” y/o sus muchachitos. Son muchas preguntas… sin ninguna respuesta.

Pero mientras, ¿Qué hacemos con el “gober pernicioso”, su parejita e ineptos y compinches que lo acompañan, que desgobiernan el estado de Baja California? y  ¿Qué hacemos con el dotor Chapatín e ineptos y compinches que lo acompañan, que desgobierna el municipio más importante de Baja California? Usted tiene las mejores respuestas.

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INTRIGAS. Escrito por Ricardo Madrigal. Martes, 16/Diciembre/2014.


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