Bipolar

Cicuta
Por Jaime Flores Martinez
Lunes, 23 de Noviembre de 2015.
Bipolar
Aceitada por algún tipo de combustible tóxico, la juez quinto de lo civil de Tijuana María del Rosario Plascencia Ibarra presenta evidentes síntomas de bipolaridad patológica.
Solo así podría explicarse que un impartidora de justicia falle “a favor y en contra de acusador y acusado” en un lapso de 15 días.
¡Qué le pasó a la señora juez!
Tan sospechosa resulta la decisión de la juez que la parte acusadora “supone” la existencia de algún tipo de soborno.
¿Alguien movería sus influencias con la licenciada Plascencia? ¡Que alguien me explique!, truena el agraviado.
Y es que desde el año 2007 los integrantes de la Asociación Civil Promotora del Desarrollo Comunitario del Módulo Social Otay Tijuana respingaron porque su dirigente sindical Enrique Parra Romero pretendía (desde entonces) apropiarse de una decena de locales comerciales construidos con dinero de los jubilados.
Todos ellas son personas jubiladas que laboraron casi 3 décadas en la Secretaria de Hacienda (SHCP), aunque ellos no decidieron que Parra los representara.
Al dejar su kilométrica labor, los jubilados cooperaron para construir locales comerciales para el beneficio comunitario.
Con el dinero obtenido por concepto de rentas cubrirían los costos de mantenimiento del complejo de casas habitación que ocupan en la zona de Otay de Tijuana.
Quienes integran la referida asociación, se quedaron perplejos al conocer que el dirigente de la FSTSE en Tijuana Enrique Parra Romero nombró unilateralmente a Salvador Garibay Castro como presidente del Consejo Directivo de la Asociación.
En otras palabras, decidió tomar las riendas de la administración al colocar a un incondicional a la cabeza del Consejo.
¡Los inconformes comprobaron que al nombrar a su «lugarteniente» Parra intentaba despojarlos del patrimonio comunitario!
Solo pelaban los ojos mientras su dirigente cobraba las rentas y se cogía el dinero.
Mientras reaccionaban ante el abuso, Parra echó mano de sus influencias para modificar los estatutos de la Asociación con la mera intención de desconocer a los asociados y así convertirse en dueño de los locales, donde se incluye un salón de eventos.
Los afectados han pasado años atrapados en una pugna legal que luce interminable. Finalmente a mediados de octubre de este año, el actuario adscrito al juzgado quinto de lo civil Marco Antonio Álvarez Madrigal se apersonó en el domicilio de Salvador Garibay Castro, a quien los inconformes identifican como lugarteniente de Enrique Parra Romero.
A nombre de la juez quinto de lo civil, el licenciado Álvarez emplazó personalmente a Garibay para que “en un término de 10 días entregara las oficinas, los locales comerciales y el salón de eventos propiedad de la Asociación Civil.
En aquel momento la autoridad desconoció a Garibay como representante legal y presidente de la Asociación Civil referida.
¡Dicen los jubilados que al dirigente sindical Enrique Parra Romero debió darle chorro!
Cicuta cuenta con una copia de la resolución emitida a través del actuario Álvarez, donde queda clara la decisión del juzgado.
De la misma forma el columnista cuenta con las pruebas que ponen en evidencia la incongruencia de la juez Plasencia.
El 3 de noviembre de este año, es decir, 18 días después de esta resolución, la juez Plasencia notificó a los agraviados que “habían perdido su calidad de asociados por haber cometido actos en contra de los propios estatutos de la asociación”.
!La juez cambio de parecer sorpresivamente!
A mediados de la administración de Carlos Bustamante Anchondo como presidente municipal de Tijuana, el escribiente ofreció detalles sobre este conflicto legal que mantiene con insomnio a una decena de personas de la tercera edad.
No hay duda que esos jubilados sacan fortaleza de su pasado al enfrentarse al ambicioso Parra, quien se mantiene entronizado en la dirigencia sindical de la Federación del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE).
El profesor Parra Romero se desempeñó en el trienio de Bustamante como regidor presidente de la Comisión de Seguridad Pública municipal, donde incurrió en abusos contra los mencionados jubilados.
Varias veces intentó amedrentarlos con la presencia de elementos de la policía municipal a quienes apostaba en los alrededores del complejo de locales comerciales en conflicto.
Aunque Parra no ha logrado obtener algún puesto de elección popular (como son sus intenciones), este hombre se aprovecha de sus influencias para enriquecerse a costillas de cientos de trabajadores que entregaron su vida al servicio público. Qué poca

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