Enano / Sexta / Armas

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Enano

Empeñado en pasar desapercibido ante el escándalo que generaron los retenes del SAT para incautar vehículos chocolate, el administrador de Auditoría de esa dependencia Gabriel García Coppel supone que “al cerrar los ojos” los conflictos ya no existen. Don Gabriel prefiere ver caricaturas que cumplir con su responsabilidad.

Y es que los operativos del SAT iniciaron y concluyeron sin que los ciudadanos conocieran dónde nació la idea de interceptar y detectar vehículos irregulares. ¿Cuántos autos chuecos decomisaron? ¿Sirvió de algo tanto ruido?

Apenas la semana pasada, el columnista refirió que Gilberto Leyva Camacho, actual presidente de la Canaco Tijuana se encargó de promover ante la autoridad federal la realización de los operativos ya concluidos. También se aludió la eventual participación del ex presidente de la Canaco Mario Escobedo Carignan, quien por cierto es beneficiario de uno de los amparos utilizados para importar vehículos extranjeros con las políticas de precio anteriores. Don Mario quiere ser candidato independiente y se dedica a llenar las alforjas para su campaña.

De regreso con el tema, don Gabriel García Coppel no ha sido capaz ni siquiera de otorgar información acerca del resultado que arrojó el operativo que se extendió por tres semanas. Resulta que personal del Servicio de Administración Tributaria llegó desde la ciudad de México para realizar los operativos.

A estas personas se les acabó el plazo y se regresaron al centro del país. Sin embargo, el señor García Coppel, responsable del SAT en Tijuana, ha mantenido la boca cerrada respecto a la cantidad de vehículos que incautaron durante ese periodo.

Si en verdad existen más de 500 mil vehículos que circulan irregularmente en Tijuana, se supone que el SAT debió decomisar al menos la quinta parte, es decir 100 mil vehículos. Un observador del tema considera que difícilmente la autoridad tiene la capacidad para almacenar 100 mil autos y, en su caso, es indispensable saber el futuro que podrían tener esos vehículos.

Al tratarse de automóviles chatarra, difícilmente podría salir a remate. ¿O sí? ¡Los propietarios de lotes de autos critican el ingreso de autos chatarra!. Entonces la autoridad no podrá rematarlos porque tendría que ser a un precio bajísimo. Eso, por sí solo, sería un revés aplastante para los vendedores de automóviles que promovieron los operativos del SAT. Que cosa.

Sexta

Muy preocupados están los comerciantes que operan sobre la Calle Sexta de la zona centro de Tijuana, por la ocurrencia del actual secretario de Desarrollo Urbano de Tijuana Roberto Sánchez Martínez.

Hace unos días este funcionario adelantó que el municipio procederá al reencarpetado de la Calle Sexta, una vialidad que se encuentra de moda, sobre todo para la diversión nocturna.

Desde hace tres años la Calle Sexta encontró la manera de revivir el turismo local interesado en la diversión nocturna. Se supone que esa vialidad compila un centenar de bares y centros de diversión que representan a la autoridad ingresos incuantificables.

Ahora bien, el ciudadano Roberto Sánchez Martínez, parece no entender que todos los comerciantes de la Calle Segunda de Tijuana están indignadísimos por el incumplimiento en la realización de las obras. La Calle Segunda se encuentra destrozada desde iniciados los trabajos de reencarpetado a finales de febrero.

El subdirector de construcción de la Dirección de Obras del Ayuntamiento de Tijuana Alberto Téllez Meza, dijo en aquel momento que los trabajos serían concluidos en tres meses. Hace seis meses de esa declaración y por lo visto no tienen para cuando concluir.

Por eso resulta incomprensible que el secretario desarrollo urbano ahora busqué devastar la Calle Sexta.

Sólo un funcionario que carece de preparación académica podría pensar en la destrucción de una calle sin haber arreglado la otra.

En el directorio del Ayuntamiento Roberto Sánchez Martínez es ubicado como “ciudadano” común. No como ingeniero ni como arquitecto.

Armas

Como felino en las tinieblas se desplaza un personaje identificado como Roberto Ruiz de Armas, un acaudalado mexicalense dedicado a negociar a través de terceras personas para mantenerse a buen resguardo

Y aunque las autoridades fiscales lo identifican como un agente aduanal que maneja importantes firmas, la mayoría de los mexicalenses sólo conocen su nombre. Roberto Ruiz de Armas no tiene rostro ni cuerpo.

Don Roberto pretende ahora mismo comprar parcialmente un importante medio de comunicación, donde aparentemente está dispuesto a mostrar su rostro. Los vínculos que estableció este hombre con personajes del poder político los consiguió gracias a su poder económico.

En los últimos meses ha engordado sus alforjas gracias a un amparo de la justicia federal, de esos que han levantado polémica. En pocas palabras, don Roberto Ruiz de Armas parece decidido a abandonar las tinieblas y mostrar tal como lo es: oscuro e influyente.

Cicuta.com.mx twitter:@jaimecicuta   Viernes, 15 de Agosto de 2014.


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